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miércoles, 27 de mayo de 2015

PRIMERA EXPEDICIÓN Y EXPLORACIÓN EN YAGUANABO ARRIBA, MACIZO MONTAÑOSO GUAMUHAYA, PROVINCIA CIENFUEGOS.

-Vista parcial del macizo montañoso Guamuhaya-
El poblado de Yaguanabo Arriba se localiza en el macizo montañoso de Guamuhaya, formando parte del municipio Cumanayagua, en la provincia de Cienfuegos, Cuba.
Las primeras referencias de la existencia de este pequeño poblado rural nos fueron dadas por varias personas; con quienes hicimos contacto en una de nuestras visitas a la playa Yaguanabo con  interés  recreativo. En esta hermosa playa, ubicada en la costa sur cubana, vierte sus aguas el río de igual nombre; luego de descender desde lo alto de la montaña. A partir de aquel momento la posible visita al poblado Yaguanabo Arriba se convierte en algo obsesivo para todos los miembros del Grupo Caonao, por lo que en la próxima reunión mensual se propone dentro del Plan de Actividades y se aprueba por unanimidad realizar una visita al referido poblado con los objetivos de explorar y conocer acerca de éste y su entorno geográfico, pues deseábamos conocer acerca de la flora y fauna de la zona y la posibilidad de presencia de cuevas o cavernas ya que esta región es eminentemente cársica.
-Vista panorámica de la playa Yaguanabo-
Como en la mayoría de nuestras salidas al campo, planificábamos que los lugares a visitar estuviesen no demasiado alejados de zonas recreativas, para así poder combinar todas estas actividades con la recreación. En esta nueva  oportunidad podríamos cumplir -sin lugar a dudas- dicho objetivo; pues al regreso de esta ansiada expedición a Yaguanabo Arriba, aprovecharíamos y nos pasamos el resto del dia en la playa, hasta que  llegue nuevamente nuestra guagua a recogernos para el traslado hasta Cabaiguán.
Partimos desde el Preuniversitario Beremundo Paz en una de las guaguas escolares contratadas por la dirección del centro para nuestro traslado hasta la playa Yaguanabo. Desde allí nos trasladamos en una guagua de transporte intermontano que realiza viajes diariamente hasta Yaguanabo Arriba.

-Subiendo al transporte para Yaguanabo Arriba-
Luego de transitar por una serpenteante carretera, entre una vegetación de follaje muy heterogéneo y  constituido fundamentalmente por árboles frutales, de maderas preciosas y una gran población de Aroma, llegamos al poblado Yaguanabo Arriba.
El poblado, a primera vista, no parecía algo excepcional pero indudablemente ante nuestros ojos se podía observar un bello contraste entre aquel enclave rural; conformado por un reducido grupo de casas rurales y las montañas que le servían de fondo.
 Luego de descender de la guagua y agrupar todo nuestro equipaje (cascos, mochilas, cinturón de seguridad, linternas, machetes, etc), me dirigí al círculo social, que distinguimos con claridad en la parte central del poblado. Allí costactamos con el encargado de éste, un señor de apelido Castillo; el cual nos atendió con mucha amabilidad y nos brindó una amplia área del local para que pudéramos establecernos. Además, Castillo nos dijo que no nos preocupáramos por la preparación de los alimentos los dos día que permaneceríamos allí, pues él voluntariamente nos prepararía el desayuno, el almuerzo y la comida. Acto seguido, nos presentó a todos los integrantes de su familia, con los cuales confraternizamos y charlamos. 
-La esposa de Castillo sonríe agradablemente-
La esposa de Castillo le dió acceso de inmediato y cada vez que lo necesitaran a las chicas miembros de nuestro grupo para el aseo personal y para sus necesidades fisiológicas cada vez que lo necesitaran.
Luego de organizar nuestra área de acampada en un sector del círculo social, nos reunimos todos los integrantes del grupo y se impartieron instrucciones recordando, entre otras cosas, los lineamientos que estaban contemplados en nuestro Reglamento de como debíamos comportarnos y relacionarnos con los pobladores del lugar de manera que no se produjera ningún incidente desagradable, que motivara el tener de tomar alguna medida por incumplimiento de lo que estaba establecido. 
-Impartición de conferencia a miembros del grupo-
Se impartió una conferencia sobre Geología, Flora y Fauna y se designaron los miembros que serían los responsables del cumplimiento de ciertas tareas que contribuirían al estudio y conocimiento de la zona que sería explorada al día siguiente (Carsología, Espeleología, Topografía, flora y fauna). Se explicó que el trabajo sería muy somero y tentativo para tener una visión general, pues estábamos conscientes de que el Grupo Caonao aún estaba en la fase de preparación y formación, para crear y consolidarse cuando cada  miembros haya adquirido todos los conocimiento necesario, que le permitan formar parte de una comisión determinada; según los conocimientos adquiridos y el perfil por el que cada cual haya optado por preferencia o por necesidades del grupo como colectivo al fin.
-Intercambio y charla de Villa con el grupo-
Luego tuvimos un intercambio o converzación con Villa, un viejo negro descendiente de esclavos; el cual guarda un cúmulo de conocimientos acerca de las cuevas que existn en la zona, principalmente de dos muy importantes, una de ellas es la del resolladero de río Yaguanabo, la cual se abre a una altura sobre el nivel del mar de cerca de 90 m y ha convenido con nosotros en servirnos de guía hasta ellas. Todo indica que la del resolladero del rio Yaguanabo nunca ha sido visitada. Según nos expuso Villa durante el conversatorio, la cueva fue descubierta por un cazador de puerco jíbaro hace ya algunos años. Según se deduce del análisis de la carta topográfica de 1:50000 del ICGC, el río se sumerge en un valle intramontano; resurgiendo luego  desde la boca de la referida cueva como un pequeño riachuelo. Al caer desde esa altura montaña abajo al lecho actual del río, ya trae entonces un caudal significativo hasta vertir sus aguas finalmente en la playa Yaguanabo. Esa misma noche se ultimaron los detalles con los miembros de nuestro grupo y Villa; quien  gustosamente se brindó para conducirnos hasta las áreas donde están ubicadas las referidas cuevas. 
-Vista del valle intramontano-
Iniciamos nuestro andar  temprano en la mañana. Mientras avanzábamos con cierta prisa  por el empinado sendero, que bordea la montaña; ante nosotros se mostraba ya el  hermoso paisaje intramontano del valle de Yaguanabo (ver foto).
El ascenso por la montaña se hacia con lentitud entre el follaje. Villa ahora nos conducía por una zona en la que nos abríamos paso a duras penas, a veces con nuestros propios cuerpos. Finalmente, llegamos a la primera cueva a visitar; cuyo acceso se realizó con cierta facilidad.
-Algunas imágenes del interior de la espelunca-
Dos espeleólogos llevan a cabo una exploración previa de la misma. 
El desarrollo lineal de la cueva no resulto ser de gran longitud, sin embargo, las formaciones secundarias si gozaban de mucha belleza; algunas de las cuales se observan con cierta nitidez en las imágenes que se muestran. Recogimos la mayor información posible, de acuerdo al tiempo que  disponíamos pues necesitabamos dar con la cueva del resolladero del río Yaguanabo, objetivo muy importante para nuestro grupo, ante todo por ser la primera experiencia de este tipo. Nos pusimos en camino nuevamente hasta que Villa dió con la
entrada de la cueva, por donde fluía apenas un "hilo" de agua, pues estábamos plena temporada de seca. Sin embargo, luego de penetrar varios metros, nos percatamos que el la anchura del agua que corria por el piso de la cueva era cada vez mayor y que esta galería principal torcía hacia la izquierda. Ya habíamos rebasado la zona de penumbra, por lo que los que avanzábamos a la vanguardia, tuvimos que hacer uso de nuestras linternas para proseguir. De pronto tuvimos que detenernos, pues la profundidad del agua se iba haciendo cada vez mayor y se escuchaba ya muy cerca un ruido ensordecedor. Alumbramos en dirección y fue muy grande el asombro que sentimos al iluminar esta parte de la galería y comprobar con la luz de nuestras linternas, que ante nosotros se abría un gran lago circular y desde una altura de alrededor de 9 m caía sobre las aguas de éste un chorro de agua a manera de cascada. Regresamos nuevamente hasta donde se encontraba el resto del grupo. En el regreso pudimos comprobar a simple vista que entre "los inquilinos" de esta caverna se encontraban grandes ratas, jaibas de agua dulce y una especie de murciélagos  que en esta oportunidad no logramos capturar agún ejemplar para su identificación posterior, sin embargo, si capturamos un ejemplar de jaiba como colecta. Les explicamos y describimos a Villa y al resto de nuestros compañeros y compañeras del grupo acerca de los resultados de la exploración efectuada. El resto del grupo no quiso quedarse sin vivir la experiencia de ver con sus propios ojos aquel espectáculo del lago y la cascada al final de este nivel de la cueva y hasta allí se dirigieron. Todos coincidimos en que se abría ante nosotros una posible expedición futura: venir equipados con todo lo necesario para poder llegar hasta lo alto de la cascada; desde donde emanaba aquella agua. Debía existir una enorme galería; la cual sería sin dudas, seguramente el lecho subterráneo de este río, cuyas aguas deben pasar -ante de sumergirse- por un valle; pues en la cueva encontramos -entre la arena del piso- una pequeña rueda de plástico, perteneciente a un juguete de niño. Sería una empresa de grandes riesgos, por lo que habría que venir muy bien preparados; sólo que habría que esperar para el próximo año para llevarla a cabo y fundamentalmente en la época de verano nuevamente para no arriesgarnos a que nos pueda sorprender una crecida del río estando en el interior de la cueva. 
-Algunas otras actividadesen nuestra última noche-


-La cena de despedida y regreso-
Partimos de regreso al "campamento", pues ya el atardecer estaba casi tocando a su fin y no debía cogernos la noche durante el regreso. Al llegar, nos despedimos de Villa; a quien agradecimos todo el esfuerzo que hizo, no obstante a su edad tan avanzada y además por todo el conocimiento que puso a nuestra disposición; sin todo lo cual nuestra expedición hubiese sido posiblemente un fracaso. Comenzamos a sentarnos en las mesas del círculo social para converzar disfrutar de un rato de esparcimiento; donde el nieto de Villa, a la vez que tocaba su guitarra nos dedicaba algunas de sus canciones.
Llegó la hora de la cena especial que nos había preparado el buen amigo Castillo; hecha con mucho amor y que agradecimos posteriormente de forma personal. Al día siguiente ya emprendíamos viaje de regreso para la playa de Yaguanabo donde concluiríamos nuestras actividades con unas horas de recreación en estas cálidas aguas del Mar Caribe.

*La próxima entrada de nuestro blog estará dedicada a brindarles detalles gráficos de la referida actividad recreativa, como un complemento independiente de esta "Primera expedición y exploración en Yaguanabo Arriba, macizo montañoso Guamuhaya, provincia Cienfuegos".      

Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org
 

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