Contribuyentes

sábado, 19 de septiembre de 2015

XXIX JORNADA CIENTÍFICA DEL GRUPO ESPELEOLÓGICO "CAYO-BARIÉN"

      -PRIMERA CONVOCATORIA-

El Grupo Espeleológico "Cayo Barién" de la Sociedad espeleológica de Cuba, convoca a su XXIX Jornada Científica en Homenaje a Luis Orlando Grande González, espeleólogo de nuestra provincia de amplia trayectoria dentro de la SEC, a celebrarse los días 11, 12 y 13 de diciembre de 2015 en la Base de Campismo Presa Minerva, Santa Clara, Villa Clara. 
Los títulos de los trabajos investigativos, videos, posters, etc., deberán ser enviados a la Comisión Organizadora antes del 15 de noviembre; así como los medios técnicos necesarios para la exposición. La confirmación de su asistencia antes de esta fecha garantizará la reservación de alojamiento en la base. La confirmación deberá acompañarse de nombre completo y número de carné de identidad. Aquellos que han participado en anteriores eventos nuestros no tendrán que enviar el número de C.I.
Los participantes abonarán a su llegada el precio de alojamiento más 10:00 MN de acreditación. Los gastos de alimentación correrán individualmente según paquetes seleccionados.
Para aclaraciones dirigirse a:
Martín Núñez Rodríguez
e-mail: martin.rodriguez@vcl.insmet.cu
Movil: 53564721 Teléfono trabajo: (0142) 363757
Dirección postal: Calle 16 # 1708 e/ 17 y 19, Caibarién, Villa Clara, CP: 52600
Javier Pérez Paret. Teléfono particular: (0142) 351571
Movil: 5352782185
Adrián Menéndez Pombal
e-mail: cm6yv@frcuba.co.cu
Teléfono particular: (0142) 351129 








lunes, 3 de agosto de 2015

ENCUENTRO CON ATABEY.

RESUMEN EXPLORACIONES ANTERIORES.
Primera Expedición y Exploración en Yaguanabo Arriba, Macizo..." hicimos la descripción de todas las actividades desarrolladas por nuestro grupo durante nuestra estancia en Yaguanabo Arriba; donde entre otras tareas planificadas en el propio lugar, fue una visita con objetivos trazado de manera general, por ser esta zona desconocida completamente para el conjunto de miembros del Caonao e incluso sólo hubo una persona que se encontraba capacitada para facilitarnos información y fue precisamente quien se brindó voluntariamente para servirnos de guía: "Villa", un viejo haitiano septuagenario, muy conocedor de las montañas y el territorio, en general, de Yaguanabo Arriba. Durante los días que permanecimos allí no se "despegó" un instante de nosotros; presto a servir de guía para mostrarnos donde habían cuevas, las cuales conocía "como la palma" de sus manos, a excepción de la del resolladero del río Yaguanabo. A ésta nos condujo hasta su entrada, pero no se sentía en condiciones de entrar a ella y nunca nadie -que él supiera- había entrado a su interior. En relación a esta caverna. hicimos referencia y describimos algunas particularidades de la fauna cavernícola presente en la misma; así como del lago interior y la cascada que vierte sus aguas en la misma. Este fue el principal obstáculo, que nos impidió ascender hasta la galería superior; por donde discurrían las aguas de este río subterráneo que más tarde se convertiría en el ya conocido río Yaguanabo, al fluir al exterior desde una altura de casi 90 m., a manera de pequeñas cascadas, a todo lo alto de la ladera de la montaña hasta su cauce actual; por donde actualmente se desplazan sus aguas, hasta alcanzar su desembocadura en la costa sur cienfueguera.


Segunda Exploración a la Caverna del Resolladero Río Yaguanabo.

En aquella primera exploración de esta caverna fluvial resultó imposible salvar ese gran obstáculo, pues a pesar de llevar con nosotros los equipos y herrajes indispensables que siempre nos acompañan, no contábamos con herramientas necesarias para hacer frente en un ascenso a una galería superior donde para llegar a ella debíamos hacerlo escalando una pared de alrededor de 6 m. de altura, con la superficie, muy lisa por la erosión producida por el agua al fluir sobre ésta. Al abandonar el lugar establecimos entre todos un compromiso para realizar una nueva incursión a esta caverna en los años venideros, bien apertrechados con los equipos necesario para cumplir el objetivo de alcanzar la galería superior y continuar la exploración hasta donde podamos.
Dos años después llevamos a cabo la segunda incursión a esta caverna; logrando ascender 4 de nuestro miembros hasta la galería superior. Tuvimos que valernos de dos balsas inflables; sobre las cuales trasladamos a través del lago una larga escalera; que fue construida con madera de los árboles existentes, próximos al entorno de la entrada de la cavidad. Con mucho trabajo y empleando una cuerda, fue izada y atada con extrema seguridad a un saliente rocoso a manera de "codo", formado por disolución debido a la acción prolongada del agua. Subiendo por dicha escalera y soportando la presión del agua; que se deslizaba sobre sus espaldas, lograron arribar a duras penas a la galería superior; en la que para avanzar a través de ella debían hacerlo nadando, debido a la profundidad que presentaban las aguas en gran parte de la misma. Se logró recorrer unos 70 m u 80 m; pues la presencia de un nuevo obstáculo detuvo el avance: una nueva cascada de agua, de unos 4 o 5 m de altura cuya pared rocosa aparecía más inclinada, pero muy resbaladiza. Así fue que decidieron regresar, ya que se encontraban muy extenuados por el esfuerzo físico realizado; además debían regresar junto al resto de las compañeras; que había quedado al cuidado del director de nuestro grupo y dos miembros más, en la galería principal. 
Bueno, el objetivo en esta oportunidad si fue cumplido, pero quedaría ahora el trazarnos una nueva meta para un futuro próximo: salvar este nuevo obstáculo y alcanzar así la segunda galería superior.
Durante un encuentro informal con la Directiva y miembros del Grupo Candil (Villa Clara), socio colectivo también de la Sociedad Espeleológica de Cuba, durante el período de vacaciones en la playa Río Cañas (Trinidad) y estimulados éstos por explorar y conocer la caverna del resolladero del río Yaguanabo; acordamos realizar un viaje conjunto con este objetivo y el de alcanzar esta vez la segunda galería superior.

Tercera Exploración a la Caverna del Resolladero del Río Yaguanabo.


En esta nueva incursión a la referida caverna, ya enigmática para nosotros, 
aún desconocemos todo el desarrollo lineal de la misma por el interior 
del macizo montañoso, por donde discurre y por todo ello ha influido enormemente en las mentes de algunos de los miembros del grupo, hasta el punto de imaginar la presencia en la caverna de algo misterioso o de leyenda; como una deidad o diosa de las que formaron parte de la Mitología Antillana, que nuestros aborígenes relacionaban o vinculaban "...a los manantiales, la que rige las aguas dulces y limpias, que surgen de las montañas..."(1). 
Así fue que decidí nombrar ahora a esta entrada del blog con el título que aparece editado en la imagen que se muestra a la izquierda.
Emprendimos el viaje los miembros del Grupo Caonao seleccionados para esta expedición conjunta con el Grupo Candil. Llegamos al punto desde donde partiríamos (playa de Yaguanabo) y lugar donde acordamos con el referido grupo encontrarnos, para de ahí subir hasta el campamento en Yaguanabo Arriba. En el Círculo Social de dicho poblado, su administrador, Castillo, nos estaría esperando para apoyarnos; como otras veces para que nuestras actividades se desarrollasen de manera correcta. Por otra parte, Villa, estaría listo para servirnos como otras veces de guía. 
F-1. Miembros de ambos grupos al arribar a la caverna.
Arribamos al poblado cerca de las 14 y 30 horas, por lo que luego de los saludos, presentaciones y muestras de cariño y familiaridad; nos dedicamos a preparar y acondicionar el área que nos fuera asignada para acampar. Castillo, mientras, se puso en función de preparar un almuerzo a partir de los alimentos en conservas y otros que traíamos ambos grupos en nuestras mochilas. El resto de la tarde lo empleamos en la elaboración de un plan en conjunto para llevarlo a cabo al día siguiente (domingo); en que partiríamos temprano en la mañana con Villa al frente. Dos integrantes del Grupo Candil venían preparados con clavijas y tornillos de los empleados en montañismo para llevar a cabo anclajes, que empotrados en la pared rocosa de la cueva, permitiera ascender con seguridad; ello fue pensado para probarlos por primera vez en este tipo de espelunca y así poder vencer acceso al primero y segundo nivel, donde se encontraban ambas galerías superiores.
F-2. Dos miembros del Grupo Candil avanzan a través del lago.
Fueron infladas dos balsas de goma para poder desplazarnos a través del lago y alcanzar de esta manera el saliente de roca a modo de escalón; donde se apoyó la escalera durante la segunda exploración a la caverna para acceder a través de la cascada hasta la primera galería superior.  
Todo indicaba que el nivel de las aguas en el interior de la caverna era algo mayor que cuando fue visitada durante la segunda exploración años atrás.
F-3. Avanzando por la galería principal.
 Independientemente de que no nos encontrábamos en el período de primavera; esto estaba justificado por la variabilidad del comportamiento de este verano en nuestro país; donde se habían pronosticado lluvias en diversos territorios de las provincias centrales; información que quedaría apoyada, posiblemente, por la turbidez y nivel de las aguas en el interior de la caverna. 


Por su parte el tipo de fauna que habitaba la espelunca -al parecer- se mantenía estable, o sea, sin cambios aparentes: una comunidad de quirópteros (murciélagos) de hábitos frugívoros: Artibeus jamaicensis y a otra; posiblemente insectívoros, además de crustáceos (jaiba de agua dulce) y ratas.






F-4. Momentos del regreso por el arribo infructuoso.
No fue posible determinar la presencia o existencia en el medio acuático de algas u otro tipo de microfauna o de hongos, en especial el Histoplasma capsulatum, pues nuestros objetivos estaban más bien centrados en el estudio morfológico y espeleométrico de la caverna, si el tiempo nos lo permitía.





F-5. Leonardo en la tarea fotográfica.

Las noticias que nos llegaron del sector más interno de la galería; donde 4 miembros de ambos grupos intentaban llevar a cabo el ascenso hasta la galería superior, no fueron muy halagüeños, pues éstos habían realizado múltiples intentos para empotrar o fijar las clavijas y así llevar a cabo el anclaje que posibilitaría el arribo, tan ansiado hasta la primera galería superior.

F-6. Santiago y miembros del Candil en la cena.
El motivo argumentado y que en ningún momento se pensó que fuera
posible que ocurriera fue: la dureza
del tipo de roca; de la cual estaba constituida a pared de la espelunca y la no existencia de intersticios. La solidez estructural tan homogénea y uniforme, no permitía clavar o empotrar los clavos o clavijas.






F-7. Leonardo y Eblys, durante la cena.
El desánimos o desconsuelo nos embargó a todos, pues el objetivo central que nos había motivado a proyectar esta tercera exploración a la caverna del resolladero del río Yaguanabo no produjo los frutos que pensábamos alcanzar. Era como si la hermosa leyenda de la diosa "Atabey"
fuese parte de la realidad y los secretos de esta impresionante caverna no llegasen a ser conocido.

F-8. Hugo y Maqueira durante la cena.

F-9. todos los participantes antes de la partida.
Ya algo recuperados, nos dimos a la tarea de recoger todos nuestros equipos y herrajes y ponernos en marcha de regreso al campamento, asearnos y cenar lo más temprano posible. Poco tiempo después de nuestra llegada, ya Castillo la tenía lista y todos coincidimos,casi al unísono. 




Llegó la hora de la partida y ahora los participantes en esta nueva aventura al resolladero del río Yaguanabo, quisimos dejar este grato recuerdo de una foto nuestra junto a la familia de Castillo; que con tanto amor nos atendió y acogió. Sólo faltaron Villa y Castillo que no pudieron estar en esos instantes.








Referencia:
(1) http://abulelita.blogspot.com.es/2015/05/mitologia-antillana-los-tainos-y-su.html

   Santiago F. Silva
   email: ssilva@cubaarqueologica.org




miércoles, 27 de mayo de 2015

PRIMERA EXPEDICIÓN Y EXPLORACIÓN EN YAGUANABO ARRIBA, MACIZO MONTAÑOSO GUAMUHAYA, PROVINCIA CIENFUEGOS.

-Vista parcial del macizo montañoso Guamuhaya-
El poblado de Yaguanabo Arriba se localiza en el macizo montañoso de Guamuhaya, formando parte del municipio Cumanayagua, en la provincia de Cienfuegos, Cuba.
Las primeras referencias de la existencia de este pequeño poblado rural nos fueron dadas por varias personas; con quienes hicimos contacto en una de nuestras visitas a la playa Yaguanabo con  interés  recreativo. En esta hermosa playa, ubicada en la costa sur cubana, vierte sus aguas el río de igual nombre; luego de descender desde lo alto de la montaña. A partir de aquel momento la posible visita al poblado Yaguanabo Arriba se convierte en algo obsesivo para todos los miembros del Grupo Caonao, por lo que en la próxima reunión mensual se propone dentro del Plan de Actividades y se aprueba por unanimidad realizar una visita al referido poblado con los objetivos de explorar y conocer acerca de éste y su entorno geográfico, pues deseábamos conocer acerca de la flora y fauna de la zona y la posibilidad de presencia de cuevas o cavernas ya que esta región es eminentemente cársica.
-Vista panorámica de la playa Yaguanabo-
Como en la mayoría de nuestras salidas al campo, planificábamos que los lugares a visitar estuviesen no demasiado alejados de zonas recreativas, para así poder combinar todas estas actividades con la recreación. En esta nueva  oportunidad podríamos cumplir -sin lugar a dudas- dicho objetivo; pues al regreso de esta ansiada expedición a Yaguanabo Arriba, aprovecharíamos y nos pasamos el resto del dia en la playa, hasta que  llegue nuevamente nuestra guagua a recogernos para el traslado hasta Cabaiguán.
Partimos desde el Preuniversitario Beremundo Paz en una de las guaguas escolares contratadas por la dirección del centro para nuestro traslado hasta la playa Yaguanabo. Desde allí nos trasladamos en una guagua de transporte intermontano que realiza viajes diariamente hasta Yaguanabo Arriba.

-Subiendo al transporte para Yaguanabo Arriba-
Luego de transitar por una serpenteante carretera, entre una vegetación de follaje muy heterogéneo y  constituido fundamentalmente por árboles frutales, de maderas preciosas y una gran población de Aroma, llegamos al poblado Yaguanabo Arriba.
El poblado, a primera vista, no parecía algo excepcional pero indudablemente ante nuestros ojos se podía observar un bello contraste entre aquel enclave rural; conformado por un reducido grupo de casas rurales y las montañas que le servían de fondo.
 Luego de descender de la guagua y agrupar todo nuestro equipaje (cascos, mochilas, cinturón de seguridad, linternas, machetes, etc), me dirigí al círculo social, que distinguimos con claridad en la parte central del poblado. Allí costactamos con el encargado de éste, un señor de apelido Castillo; el cual nos atendió con mucha amabilidad y nos brindó una amplia área del local para que pudéramos establecernos. Además, Castillo nos dijo que no nos preocupáramos por la preparación de los alimentos los dos día que permaneceríamos allí, pues él voluntariamente nos prepararía el desayuno, el almuerzo y la comida. Acto seguido, nos presentó a todos los integrantes de su familia, con los cuales confraternizamos y charlamos. 
-La esposa de Castillo sonríe agradablemente-
La esposa de Castillo le dió acceso de inmediato y cada vez que lo necesitaran a las chicas miembros de nuestro grupo para el aseo personal y para sus necesidades fisiológicas cada vez que lo necesitaran.
Luego de organizar nuestra área de acampada en un sector del círculo social, nos reunimos todos los integrantes del grupo y se impartieron instrucciones recordando, entre otras cosas, los lineamientos que estaban contemplados en nuestro Reglamento de como debíamos comportarnos y relacionarnos con los pobladores del lugar de manera que no se produjera ningún incidente desagradable, que motivara el tener de tomar alguna medida por incumplimiento de lo que estaba establecido. 
-Impartición de conferencia a miembros del grupo-
Se impartió una conferencia sobre Geología, Flora y Fauna y se designaron los miembros que serían los responsables del cumplimiento de ciertas tareas que contribuirían al estudio y conocimiento de la zona que sería explorada al día siguiente (Carsología, Espeleología, Topografía, flora y fauna). Se explicó que el trabajo sería muy somero y tentativo para tener una visión general, pues estábamos conscientes de que el Grupo Caonao aún estaba en la fase de preparación y formación, para crear y consolidarse cuando cada  miembros haya adquirido todos los conocimiento necesario, que le permitan formar parte de una comisión determinada; según los conocimientos adquiridos y el perfil por el que cada cual haya optado por preferencia o por necesidades del grupo como colectivo al fin.
-Intercambio y charla de Villa con el grupo-
Luego tuvimos un intercambio o converzación con Villa, un viejo negro descendiente de esclavos; el cual guarda un cúmulo de conocimientos acerca de las cuevas que existn en la zona, principalmente de dos muy importantes, una de ellas es la del resolladero de río Yaguanabo, la cual se abre a una altura sobre el nivel del mar de cerca de 90 m y ha convenido con nosotros en servirnos de guía hasta ellas. Todo indica que la del resolladero del rio Yaguanabo nunca ha sido visitada. Según nos expuso Villa durante el conversatorio, la cueva fue descubierta por un cazador de puerco jíbaro hace ya algunos años. Según se deduce del análisis de la carta topográfica de 1:50000 del ICGC, el río se sumerge en un valle intramontano; resurgiendo luego  desde la boca de la referida cueva como un pequeño riachuelo. Al caer desde esa altura montaña abajo al lecho actual del río, ya trae entonces un caudal significativo hasta vertir sus aguas finalmente en la playa Yaguanabo. Esa misma noche se ultimaron los detalles con los miembros de nuestro grupo y Villa; quien  gustosamente se brindó para conducirnos hasta las áreas donde están ubicadas las referidas cuevas. 
-Vista del valle intramontano-
Iniciamos nuestro andar  temprano en la mañana. Mientras avanzábamos con cierta prisa  por el empinado sendero, que bordea la montaña; ante nosotros se mostraba ya el  hermoso paisaje intramontano del valle de Yaguanabo (ver foto).
El ascenso por la montaña se hacia con lentitud entre el follaje. Villa ahora nos conducía por una zona en la que nos abríamos paso a duras penas, a veces con nuestros propios cuerpos. Finalmente, llegamos a la primera cueva a visitar; cuyo acceso se realizó con cierta facilidad.
-Algunas imágenes del interior de la espelunca-
Dos espeleólogos llevan a cabo una exploración previa de la misma. 
El desarrollo lineal de la cueva no resulto ser de gran longitud, sin embargo, las formaciones secundarias si gozaban de mucha belleza; algunas de las cuales se observan con cierta nitidez en las imágenes que se muestran. Recogimos la mayor información posible, de acuerdo al tiempo que  disponíamos pues necesitabamos dar con la cueva del resolladero del río Yaguanabo, objetivo muy importante para nuestro grupo, ante todo por ser la primera experiencia de este tipo. Nos pusimos en camino nuevamente hasta que Villa dió con la
entrada de la cueva, por donde fluía apenas un "hilo" de agua, pues estábamos plena temporada de seca. Sin embargo, luego de penetrar varios metros, nos percatamos que el la anchura del agua que corria por el piso de la cueva era cada vez mayor y que esta galería principal torcía hacia la izquierda. Ya habíamos rebasado la zona de penumbra, por lo que los que avanzábamos a la vanguardia, tuvimos que hacer uso de nuestras linternas para proseguir. De pronto tuvimos que detenernos, pues la profundidad del agua se iba haciendo cada vez mayor y se escuchaba ya muy cerca un ruido ensordecedor. Alumbramos en dirección y fue muy grande el asombro que sentimos al iluminar esta parte de la galería y comprobar con la luz de nuestras linternas, que ante nosotros se abría un gran lago circular y desde una altura de alrededor de 9 m caía sobre las aguas de éste un chorro de agua a manera de cascada. Regresamos nuevamente hasta donde se encontraba el resto del grupo. En el regreso pudimos comprobar a simple vista que entre "los inquilinos" de esta caverna se encontraban grandes ratas, jaibas de agua dulce y una especie de murciélagos  que en esta oportunidad no logramos capturar agún ejemplar para su identificación posterior, sin embargo, si capturamos un ejemplar de jaiba como colecta. Les explicamos y describimos a Villa y al resto de nuestros compañeros y compañeras del grupo acerca de los resultados de la exploración efectuada. El resto del grupo no quiso quedarse sin vivir la experiencia de ver con sus propios ojos aquel espectáculo del lago y la cascada al final de este nivel de la cueva y hasta allí se dirigieron. Todos coincidimos en que se abría ante nosotros una posible expedición futura: venir equipados con todo lo necesario para poder llegar hasta lo alto de la cascada; desde donde emanaba aquella agua. Debía existir una enorme galería; la cual sería sin dudas, seguramente el lecho subterráneo de este río, cuyas aguas deben pasar -ante de sumergirse- por un valle; pues en la cueva encontramos -entre la arena del piso- una pequeña rueda de plástico, perteneciente a un juguete de niño. Sería una empresa de grandes riesgos, por lo que habría que venir muy bien preparados; sólo que habría que esperar para el próximo año para llevarla a cabo y fundamentalmente en la época de verano nuevamente para no arriesgarnos a que nos pueda sorprender una crecida del río estando en el interior de la cueva. 
-Algunas otras actividadesen nuestra última noche-


-La cena de despedida y regreso-
Partimos de regreso al "campamento", pues ya el atardecer estaba casi tocando a su fin y no debía cogernos la noche durante el regreso. Al llegar, nos despedimos de Villa; a quien agradecimos todo el esfuerzo que hizo, no obstante a su edad tan avanzada y además por todo el conocimiento que puso a nuestra disposición; sin todo lo cual nuestra expedición hubiese sido posiblemente un fracaso. Comenzamos a sentarnos en las mesas del círculo social para converzar disfrutar de un rato de esparcimiento; donde el nieto de Villa, a la vez que tocaba su guitarra nos dedicaba algunas de sus canciones.
Llegó la hora de la cena especial que nos había preparado el buen amigo Castillo; hecha con mucho amor y que agradecimos posteriormente de forma personal. Al día siguiente ya emprendíamos viaje de regreso para la playa de Yaguanabo donde concluiríamos nuestras actividades con unas horas de recreación en estas cálidas aguas del Mar Caribe.

*La próxima entrada de nuestro blog estará dedicada a brindarles detalles gráficos de la referida actividad recreativa, como un complemento independiente de esta "Primera expedición y exploración en Yaguanabo Arriba, macizo montañoso Guamuhaya, provincia Cienfuegos".      

Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org
 

jueves, 11 de septiembre de 2014

EL HOMBRE ROJO, ¿REALIDAD O LEYENDA?

Un grupo de amigos en Facebook se habían interesado por conocer acerca de una leyenda muy difundida en algunas regiones o zonas  de la provincia de Sancti-Spíritus (Cuba).
En pleno siglo XX y aún actualmente, hay personas que la recuerdan; pero el conocimiento de ésta se hace cada vez más difuso, pues las personas que vivieron en algunos de esos lugares, donde tuvo su origen esa leyenda ya han fallecido muchos de ellos y quienes guardan en su recuerdo lo que escucharon de nuestros mayores, quizás sea un recuerdo ya muy lejano.
Entre los que comentaban acerca de este personaje se encontraban tres colegas nuestros, que fueron fundadores del Grupo Caonao por la década de los años 80' y precisamente dos de ellos participaron directamente en la actividades de exploración cuando eran apenas jóvenes con 17 o 18 años de edad. Dichas actividades se llevaron a cabo por nuestro grupo en la sierra Las Damas, en el municipio Cabaiguán y su objetivo central era el de esclarecer si este personaje; al cual denominaban el "Hombre Rojo", era fruto de la imaginación de la mente de los campesinos de la zona o era un personaje de la vida real, o sea, de "carne y hueso".
Se requirieron cerca de 2 años para realizar una exploración a profundidad, bien minuciosa; donde se revizara palmo a palmo, de manera que no quedara ni una porción de la sierra y ni de cada cueva sin ser observada en todos sus detalles. Así, aplicando esta sistemática, fueron descubiertas nuevas grutas y cuevas que nos eran desconocidas hasta el momento. 
A la par de las referidas actividades, llevamos a cabo además, entrevistas a los campesinos que vivían próximos a la sierra y en el batey de Las Damas. Se dividió al grupo en varios equipos de trabajo con un responsable; que a su vez respondería por la ejecución y cumplimiento de las tareas que se asignaran, entre ellas la de distribuir espacialmente al personal de manera que pudiéramos abarcar todos los sectores de la serranía. 
Casi la totalidad de los miembros -a excepción de las hembras- participaron en muchas de estas exploraciones, pues sólo contábamos con los fines de semana para asistir a las mismas. 
Finalmente, se logró esclarecer si el personaje de el Hombre Rojo era sólo una leyenda o fue un personaje real.   
Bien, sin más preámbulos, ponemos a la consideración de nuestros lectores y amigos el texto íntegro de la investigación o trabajo que redactamos; donde podrán constatar los resultados y conclusiones a las que arribamos, partiendo del estudio de las evidencias colectadas por los miembros del Grupo Caonao y del análisis de las entrevistas practicadas a los campesinos de las zonas de Las Damas y de la loma Las Burras, ubicada esta última en el municipio Taguasco. El título del presente post: El Hombre Rojo. ¿Realidad o Leyenda? lo hemos  asignado a propósito, pues es el mismo que le fue otorgado a nuestro trabajo aquel 15 de enero de 1984.
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Título: El Hombre Rojo.- ¿Realidad o Leyenda?

Autor: Santiago F. Silva García
Institución: Grupo Caonao

                   Sociedad Espeleológica de Cuba

AGRADECIMIENTO:

A los miembros del Grupo CAONAO, que participaron en las exploraciones e investigaciones en la sierra Las Damas y loma Las Burras, de los municipio Cabaiguán y Taguasco, respectivamente; gracias a los cuales ha sido posible la culminación exitosa de este trabajo.

INTRODUCCIÓN

No pretendemos con este trabajo propiciar la aparición de un cuento folklórico o su continuidad, ni resulta una tentativa por nuestra parte de incursionar en su tema, al cual algunos sólo se han referido.

Cuatro años a penas han sido suficientes para conocer todos los aspectos relacionados con su extraño modo de vida, máxime cuando la mayoría de los testimonios proceden de personas fácilmente sugestionables. Sólo el resultado de las investigaciones afectadas y constatadas con dichos testimonios; han proporcionado la explicación correcta, disipando las tinieblas engendradas por el oscurantismo y la superstición.

La existencia del Hombre Rojo, en el transcurso del tiempo, se ha transmitido de abuelos a padres y de padres a hijos, enraizándose y esparciéndose cada vez más; pero sin que se aclaren las causas de los hechos, que en aquella época no tenían fácil explicación racional.

El Hombre Rojo o Cañambrú no fue un personaje místico, una leyenda u obra de la fantasía de nuestros campesinos; fue sólo un producto de la propia ignorancia e incultura en que estaban sumidos como clase social.

El presente trabajo, para más fácil comprensión se ha dividido en tres partes fundamentales. La primera hace una descripción de los aspectos geográficos e históricos del área de estudio. La segunda parte establece la presentación de los testimonios de aquellos campesinos, que le conocieron personalmente o podían aportar alguna información de interés sobre su persona. Por último se ofrece además, una lista de los objetos descubiertos en una de las cuevas que le sirvieron de escondrijo y que por la naturaleza de éstos y sus usos específicos; contribuyeron en gran medida como apoyo en las conclusiones de este trabajo.

Las Damas. Ámbito geográfico e histórico

La sierra Las Damas se encuentra ubicada en la llanura aluvial del río Zaza, a 9 kms. y al N. del poblado de Guayos. Su altitud fluctúa entre los 50 y 161 metros sobre el nivel del mar. Está situada en la Región Central de Cuba, en el extremo oriental de la Sub-región Llanura de Santa Clara y dentro de ella en la parte superior de la cuenca del río Zaza. Sus coordenadas son: X-537545, Y-646663.

La sierra es cortada en dos mitades aproximadamente iguales por el río Zaza; el segundo en longitud del país, con unos 150 kms. En la misma proliferan las cuevas y grutas, cuyo desarrollo longitudinal no rebasa algunas decenas de metros.

Próximo a la serranía se detecta el histórico Paso de Las Damas, lugar donde se desató uno de los más cruentos combates por nuestra independencia nacional y donde cayera mortalmente herido el Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, en combate desigual.Lo que en un tiempo fue un fascinante bosque semicaducifolio, con una vasta fauna y hermosa historia, es tan sólo hoy una zona poblada de manigua, donde la tala indiscriminada hacen posible la aparición de un paisaje sombrío, merodeado por las escasas aves que logran escapar del embate de los excursionistas que visitan el área en busca de distracción y aventuras.
Las Damas estaba dividido en cuatro partes, sirviendo de límites la sierra y sus demarcaciones. Sus propietarios: Francisco Galí, Rafael Colunga, Antonio Herrera y la familia Rionda; hacendados acaudalados, que luego del triunfo de la Revolución en Cuba, decidieron marcharse hacia el extranjero. Los campesinos que habían arrendado algunas parcelas de tierra se convirtieron en propietarios de las mismas. El resto de las tierras, dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, pasan a manos del Estado.

Muchas familias, que antes de 1959 se encontraban dispersas, comienzan a concentrarse en las proximidades de la vieja grúa empleada para el traslado de la caña de azúcar por ferrocarril hasta el central “La Vega”, hoy CAI “Remberto Abad Alemán”.

La leyenda narrada por los propios campesinos

-“El Hombre Rojo vino de Islas Canarias con una hermana. Tendría unos cuarenta y pico de años cuando estuvo por los alrededores de Las Damas; esto fue por los años 30, más o menos. Salía por las noches y gustaba de hacer maldades. Yo recuerdo que decían que tan pronto estaba al lado acá del río, como que aparecía del otro lado. Una vez le robó un baúl a un isleño y se lo dejó poco después cerca de la casa, sin faltarle nada. Se llevaba un caballo sin herrar y a los dos o tres días lo devolvía completamente herrado. Te llevaba veinte pesos de debajo de la almohada y te los traía de nuevo. Había un hacendado llamado Malgaro, que siempre estaba detrás de él con los guardias. En una ocasión la guardia le tendió una emboscada por donde pasaba para la sierra. Él estaba escondido al otro lado y le gritó que los estaba viendo, que se fueran, que no los quería matar. Los guardias no le veían; sólo le oían. El Rojo era tremendo poeta. Luis Machín y su hermano Domingo fueron con él a una fiesta a La Larga. El Hombre Rojo tenía buenas monturas y era buen jinete. Cerca de Taguasco, en una cueva, fue que lo mataron. Lo mataron porque se le acabó el agua y sin agua no podía trabajar la magia. Al que buscaban no era a él; sino a Polo Vélez y a Esquijarosa”.
  .José Rita Blanco, 92 años. Vivió en Las Damas durante 40 años

-“Una noche fuimos a casa de José Rita y tenía tremenda canturría con una guitarra. El Hombre Rojo la tenía cogida con Malgaro, porque éste era tremendo hablantín y lo perseguía constantemente con la guardia rural. Yo diría que El Rojo no ofendía a nadie. Un día quería ir a Placetas y le cogió el caballo al hijo de Pepe Corrales. Cuando se lo trajo, lo había herrado, bañado, en fin…; una vez el mayoral García se escondió detrás de un seboruco para ver al Hombre Rojo y éste que lo estaba viendo le gritó: -¡Comemierda, te estoy mirando!

Entraba en las casas sin abrir las puertas. Comía y le dejaba el dinero que importaba lo que había comido“.
  .Florentino Blanco, 82 años. Vivió en Las Damas durante mucho tiempo.        


-“Yo fui mandadero de El Rojo. Era un hombre inteligente, poeta y muy ágil. Tocaba la guitarra muy bien. A veces usaba polainas. Cuando él quería enviarme a algún mandado lo componía con chiflidos: uno largo y dos cortos. En una ocasión me llamó y cuando llegué me preguntó si en Las Damas había algo que sirviera. Yo no estaba seguro y entonces me mandó a Neiva por pan, mortadela, bebida y tabacos buenos. Le gustaba mucho una cerveza que venía en botellas verdes. No le gustaba mucho la bebida dulce. El difunto Malgaro fue quien le puso el nombre de el Hombre Rojo. En realidad él no era rojo; era normal, igual que nosotros. Su estatura era baja, trabado, de piel trigueña y los huesos de la cara un poco botados. El Rojo tendría, cuando aquello, unos cuarenta y pico de años, más o menos. Malgaro era el sitiero más rico que había en aquella zona, éste tenía treinta y pico jornaleros que trabajaban para él y éstos le temían al Hombre Rojo, por lo que la mayoría no querían trabajar en sus tierras y se iban. Por esos motivos, Malgaro le perseguía con la guardia, pero él se escapaba con facilidad utilizando la magia. Una vez lo cogieron preso, pues le dieron un tiro en el muslo y no pudo huir, pero más tarde escapó de la cárcel. Recuerdo que mamita hizo café un día y en lo que ella fue a la sala se lo tomó. Más tarde, desde la loma le cantó una poesía . Que yo sepa, el Hombre Rojo, iba de Las Damas a Taguasco, la loma de Zaza del Medio y otros lugares como Camajuaní. En Las Damas se estuvo viendo por espacio de 5 o 6 años. El Hombre Rojo hacía cosas para alarmar, como : dar candela en un lugar que se viera, entrar en las casas de noche y comer sin despertar a nadie y marcharse; dejando todo como mismito estaba . Cuando cogía huevos de una cesta o caja, dejaba el dinero que importaba. Después que murió Malgaro, él se fue para Las Tunitas; donde se metió con dos bandidos llamados Esquíjarosa y Polo Vélez en una cueva. Allí lo mataron, diciéndole que no le iban a hacer nada, que saliera. Así fue que lo mataron, a traición. Eso fue porque ya no tenía agua y sin agua la magia no trabaja”.

  .Domingo Álvarez Machín, 70 años. Vivió en Las Damas próximo a la sierra.
-“Lo conocí cuando yo tenía 11 años, más o menos. Le hice muchos mandados. Era un hombre de una magia tremenda, que entraba en las casas cerradas. Su estatura era más bien baja, pero fuerte como un toro. Usaba unos bigotes de puntas largas y echadas para arriba. Los pómulos de la cara eran un poco botados. Casi siempre andaba con sombrero y polainas. Muchas veces lo ví venir con una pañoleta roja en el pescuezo. Usaba dos revólveres grandes. En cuanto al dinero, no se de donde lo sacaba, pero lo que cogía lo pagaba. El Hombre Rojo iba mucho por La Larga, donde sacaba procesiones. El suegro de Juanito Pino lo vio muchas veces por allá. Una tarde que Martha, mi madre, bajaba leña de la sierra, él quería darle dinero. Se lo colocó envuelto en un pañuelo amarrado a uno de los palos de leña, pero al ver mamita aquel pañuelo amarrado; salió corriendo para la casa y lo dejó a pesar de que El Rojo le gritaba que lo cogiera, que era para ella. Gustaba de hacer maldades. En una oportunidad en que el río estaba crecido y él se encontraba al otro lado, me gritó que pasara yo el río en el caballo para poder brincar él para acá. Yo no me atreví a pasar y le dije que si estaba loco. Cuando miré de nuevo para allá ya no estaba y de pronto me salió por la parte delantera del caballo. Di un brinco, que me quedé mudo y el caballo se espantó. El Hombre Rojo vivía en una cueva, que está al otro lado del río; más arriba del arenero. Es una cueva chica y además, no es fácil de encontrar. Se conocía las cuevas como la palma de las manos y tenía una linterna, que la luz llegaba como a un kilómetro … ¡cómo alumbraba!. Al principio, la gente en Las Damas, creía -cuando veía la luz- que eran rateros de prendas que venían a robar. Después supieron que era él. A veces se oía su risa y su canto, pero no se veía. Polo Vélez y Esquijarosa, que estaban metidos dentro de una cueva por allá por Taguasco; lo mandaron a buscar para que los sacara con su magia. Al sacarlos de allí se le acabó el agua y por eso lo cogieron. Cuando se entregó, al salir de la cueva, lo mataron a tiro limpio“.

  .Luis Machín, 73 años. Vive junto a la sierra Las Damas desde pequeño.
        

-“El Hombre Rojo era natural de un pueblo canario llamado Mazo, perteneciente a La Palma. Estuvo en el colegio, en el mismo pupitre con Máximo Bonilla; un isleño que vivió en La Larga. Éste era quien más lo conocía, pero ya murió. El Rojo, en Canaria, era también bandolero y su madre fue brujera. El verdadero nombre de el Hombre Rojo era Teodoro Álvarez San Gil y vino -según me contaba Bonilla- a los 18 años con una hermana a la que mandó nuevamente para allá. Vivió en Cabaiguán; donde nadie lo conocía y luego vivió en las cuevas de la sierra Las Damas. Su estatura era más bien mediana o quizás baja, pero era fuerte y tendría unos 48 o 50 años, más o menos, cuando yo lo vi allá por los años 30. El nombre de El Rojo se lo puso él mismo. Se conocía todas las cuevas de la sierra y cerca del arenal tenía la cueva donde moraba. Esta cueva está bastante oculta. Yo tuve la oportunidad de verlos tres veces y hablé con él en una ocasión cuando fuimos Herminio Castro y yo a buscar varas a la sierra Las Damas, muy cerca del arenal. Fuimos en un sólo caballo y cuando virábamos con las cargas de varas, le habían entiesado las patas al caballo; envolviéndoselas a un algarrobo pequeño. Apareció El Rojo, a cada lado colgaba un revolver calibre 38 y en sus manos traía un Winchester,. Se encontraba como a diez pasos de nosotros. Nos dijo que había sido él quien le había hecho eso al caballo. Se acercó y me preguntó si nos hacía falta dinero. Le respondí que no y él dijo entonces que él tenía dinero y no lo podía disfrutar porque lo perseguían. Me encargó una botella de vino y se la traje. Recuerdo que me enseñó uno de los revólveres y dijo que ese era el asesino de Pedro Bravo, padre de una novia que tuvo. Pedro Bravo se le emboscó al Rojo y lo abracó, pero El Rojo se le deslizó entre los brazos; dándole un tiro en el pie. En otra oportunidad lo vi cuando yo iba para Los Tramojos, al pasar por la tienda de La Horca. La última vez lo vi en la taberna de Abreu. El Hombre Rojo podía moverse con facilidad porque poca gente lo conocía. Venía a las fiestas de La larga y junto a Pepe El Rubio, hacían trastadas por Tres Guanos, Carrabayaná, San Estevan y Pozo Azul. A Antonio Martín, partidario de Juan Pino le azoró los bueyes. Éste le gritó mil barbaridades y El Rojo le puso el cañón del fusil en el pecho. Antonio le cogió un miedo del carajo. Cuando le dieron un tiro en el muslo, le llevaron entonces preso desde Las Damas para Zaza del Medio y de aquí entran hasta Sancti-Spíritus para la cárcel; de donde se fugó desde que pudo caminar. Los paisanos de Las Damas se atemorizaban y hasta lo veían volar, pasar el río crecido sin tocar el agua, montarse a las ancas del caballo y desaparecer, …¡ah! Y hasta dicen que entraba en las casas de noche para comer, estando las puertas cerradas. Todos sabemos como se cerraban las puertas en el campo: con taburete detrás o con una tranca y dos herraduras. Alguien un poco habilidoso las abre con cierta facilidad. Cuando él tiraba voladores o fuegos artificiales, los campesinos decían: ¡ya está trabajando El Rojo!…y digo esto porque era un inventador de trucos. Un día se marchó de Las Damas, esto se lo había dicho El Rubio a Juan Pino; prometiéndole además, que el Hombre Rojo se había ido para Las Tunitas y que no vendría más por esa zona. Cuando lo mataron, la guardia estaba en persecución de Polo Vélez y Manuel Esquijarosa, dos bandoleros muy conocidos en aquella época. La guardia recibió la información de que en la cueva de la loma Las Burras, en Las Tunitas, cerca del pueblo de Taguasco, estaban estos dos bandoleros; pero allí se encontraba además El Rojo. Los guardias tiraron un cerco a la cueva. El Rojo mató al primer al primer hombre que trató de entrar en la cueva. Más tarde fue cogido por sorpresa. Además de la falta de agua y alimentos, el mal olor que despedía aquel guardia muerto hizo que éste saliera de la cueva y entonces fue acribillado a balazos. En la cueva no encontraron a nadie más. Al parecer hubo dinero por el medio y dejaron escapar a Polo Vélez y a Esquijarosa. Creo que al Hombre Rojo lo enterraron en el cementerio viejo de Taguasco, según tengo entendido“.
  .Honorio Castillo Martín, 76 años. Vive desde hace muchos años en La Larga.

-“Aquí era conocido por Cañambrú. Era capaz de meter una empanada entera por el pico de un garrafón de vino. Un día entró en una casa donde le esperaba una pareja de la guardia. Apareció por la madrugada y haciéndose pasar por el dueño de la casa, les dio café . Cuando el verdadero dueño se levantó, les saludó y fue a hacerles café . Ellos dijeron: ¡pero…¿ud. ya no nos había hecho café?. Cañambrú usaba un revólver. Entraba a comer a todas las casas, pero no hacía daño a nadie. Daba unos berridos horrorosos. En su captura participó el Tercio Táctico de Santa Clara y la guardia de Taguasco. Le sacaron vivo de la cueva, engañándole con que iban a darle agua y comida; además le perdonarían la vida. Pero cuando salió lo mataron. Él entró a la cueva a ayudar a unos bandidos. El hombre que sirvió de práctico al ejército fue un tal Luis, el cual murió a los pocos días“.

   .Germán Morera, 60 años. Vive en La Yamagua, Taguasco.

-“Cañambrú no era alto, era bajito y tal vez tendría unos 50 años. Se dedicaba a asustar a la gente, hacer maldades. Berreaba como un chivo y la gente le caía detrás, pero nunca podían cogerlo. Entraba a las casas sin despertar a nadie y sin que lo vieran . En realidad Cañambrú estuvo aquí por los años 33 y 34. Había un hombre que le ayudaba, llamado José, pero se fue para Venezuela. Cañambrú vino de las Islas Canarias. No robaba a nadie. Anduvo mucho por Pozo Azul y Las Varas. Lo mataron allá por el año 35, en una cueva que está en la loma Las Burras, finca Manaquitas. Su muerte fue por el mes de abril, cerca de la Semana Santa”.

   .Librada Bazo, 70 años, Taguasco.

MATERIALES Y MÉTODOS

De los testimonios, tanto de los campesinos de Las Damas como los de Taguasco, pudimos extraer algunos datos, suficientes para trabajar en la búsqueda de indicios o evidencias que demostraran que el Hombre Rojo era un personaje no sólo de leyenda; sino también real. Pero, ¿dónde podríamos
encontrar alguna evidencia que probase esto? La pregunta tenía una respuesta lógica: en las cuevas. Sabíamos que cualquier objeto abandonado en estas cavidades tendían a conservarse mucho mejor por no estar expuesto a la acción de ciertos factores climáticos, que propician el deterioro de los mismos.

En las cuevas y grutas exploradas o estudiadas hasta entonces no se había reportado nada importante, que guardara relación con el Hombre Rojo; por lo que nos dimos a la tarea de dedicar mayor tiempo, dentro de nuestras actividades, a la exploración de la sierra Las Damas, con el objetivo de ubicar nuevas cuevas. Estas exploraciones se convirtieron más bien en operaciones de “rastrillo”, donde no dejamos casi un centímetro de tierra o de vegetación sin observar minuciosamente.

Como la sierra estaba dividida en dos partes, producto del cause del río Zaza, debíamos escoger para comenzar una de estas partes. Decidimos explorar primeramente la mitad donde más a menudo solía vérsele u oir su voz, precisamente donde se encontraba el arenero; es decir la mitad oriental de la sierra. Por ahí cerca debía estar la cueva, si en realidad ésta existía, como afirmaban algunos de los entrevistados.

Dividimos al Grupo Caonao en tres subgrupos; que tendrían la responsabilidad de abrirse paso entre la enmarañada maleza, con el objetivo de hallar la cueva.

A fines de enero de 1982 dimos comienzo a las exploraciones, ejecutando dos salidas al mes. Utilizábamos sólo los fines de semanas para no afectar la actividad laboral o de estudio de nuestros miembros.
Cada incursión resultaba un rotundo fracaso. Estábamos a punto de renunciar a nuestra empresa, cuando en el mes de mayo de 1983 se hace un hallazgo por parte de unos de los subgrupos: se detecta una pequeña gruta cuya entrada se encontraba frente a una de las salidas de la cueva La Subida y en la margen opuesta a ésta, no muy lejos del arenero. Le habíamos pasado en varias ocasiones por encima y muy próximo a la única claraboya que posee. La entrada, de forma tabular o cilíndrica, está situada hacia el oeste. La longitud de la gruta es de 12,42 m y el ancho promedio de 2 m. Su altura no rebasa los 0,75 m. La roca que conforma el techo posee un espesor de 3 m, aproximadamente y a través de ésta se abre la claraboya, que permite el acceso a la parte superior de la sierra; desde donde se domina gran parte de la otra porción de la serranía y de la llanura próxima a ésta. De esta manera puede observarse -sin ser visto- un sector considerable de las tierras aledañas.

Lo que más nos llamó la atención durante nuestra permanencia en el interior de la gruta fue las condiciones del suelo, pues al movernos de un lugar a otro debíamos hacerlo de rodillas o muy encorvados; por lo que a través de nuestras fosas nasales penetraba un fuerte olor a ceniza húmeda. Pudimos comprobar la existencia de esta en la composición del suelo.

Decidimos iniciar una exploración superficial, la cual posibilitó recolectar algunos fragmentos de botellas de cerveza de color verde, fragmentos de un garrafón de los utilizados para envasar o transportar vino; así como la parte trasera de un gran número de cartuchos de caza.

Seleccionamos el lugar más idóneo para practicar una excavación de cateo o prueba. Escasamente pudo profundizarse o,20 m, pues a partir de esta profundidad aparecía la capa estéril. Comprendimos con dicha excavación que, casi superficialmente, se encontraba toda una serie de elementos o evidencias; por lo que era innecesaria una excavación de envergadura.

Entre la mezcla de tierra y cenizas se colectaron también una cantidad considerable de evidencias u objetos, los cuales se relacionan en los anexos del presente trabajo o investigación (ver: Tabla # 1).

Luego de limpiar cuidadosamente el material colectado en la gruta, éste fue separado de acuerdo al uso o empleo para el cual estaban destinados los mismos. 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La mencionada selección o distinción de las evidencias procedentes de la gruta por grupos de acuerdo a su utilidad o empleo. De esta manera, se pudo comprobar la presencia de objetos determinantes en los resultados de la presente investigación; como son aquellos que facilitan una larga estancia en condiciones de vida adversas.

Los cartuchos de revólver calibre 38 y los de Winchester pertenecían indudablemente a Teodoro Álvarez San Gil; cuyas armas aparecen cuestionadas en algunos testimonios de los campesinos entrevistados.

Por otro lado, los cartuchos de salva tienen un solo uso: intimidar a las personas con las cuales tuvo algún tipo de querella.

Faltaba “algo”, que en todo momento nos ilusionaba encontrar y que considerábamos poco probable tener en nuestras manos algún día: el Winchester.
En el mes de abril de 1984, al pasar por la casa del haitiano Luis Machín -campesino que vive próximo a la sierra- éste nos llama y nos informa que dos muchachos encontraron una “escopeta larga”, algo parecída a esas que le llaman Winchester. Le pedimos todos los datos posibles para ponernos en contacto con éstos. No resultó fácil, pero al fin lo logramos. Nos dijeron el lugar donde lo habían encontrado, oculto debajo de una manta podrida; en un ranchito abandonado, muy cerca de la sierra. El propietario se había mudado del lugar hacía cerca de 12 años.

El Winchester, cuando lo hallamos -explicaba uno de los muchachos, que donaron dicha arma a nuestro grupo- aún funcionaba normalmente, pero lo empleamos para jugar“. Esto le ocasionó la rotura del cerrojo y el gatillo; además le faltaba la varilla donde se depositan los cartuchos. El modelo es del 1892 y se destacan biseles exteriores a lo largo del cañón; los cuales -en su conjunto- conforman una sección tranversal de forma octogonal.

Dentro del material rescatado se destacan además, objetos pertenecientes a prendas de vestir de hombre y mujer, lo cual hace pensar en la posibilidad de que constituían parte de un botín, siendo estas las de poco valor, sustraído a algún vendedor ambulante de los que proliferaban en aquella época y que fueron quemadas por Teodoro antes de marcharse o por algún individuo que haya penetrado en la gruta y escogiendo las de mayor valor o importancia; prendiera fuego a las baratijas que determinó dejar abandonadas. Comprobar una de estas dos posibilidades resultaba un tanto difícil. No existen dudas en cuanto a la estrecha relación que existe entre los objetos hallados en la gruta o cueva y el Hombre Rojo.


Aunque, indudablemente, las condiciones de la cueva no son las mínimas para una permanencia prolongada, pero sí un refugio envidiable para ocultarse ante cualquier eventualidad o emergencia u ocultar cualquier pertenencia personal.

Es nuestro criterio y el de uno de los entrevistados que nos lo corroboró, que la cueva o gruta descubierta es la misma que fuera utilizada por Teodoro Álvarez San Gil, alias el Hombre Rojo o Cañambrú, durante su estancia en la sierra Las Damas, como refugio más seguro; por las condiciones que presenta la misma.

CONCLUSIONES

A través de un análisis comparativo de los diferentes testimonios obtenidos de los campesinos entrevistados de Las Damas y Taguasco; así como de los objetos descubiertos en la cueva, hemos podido arribar a las siguientes conclusiones:

-A finales de los años 20’ y comienzos de la década del 30, Teodoro Álvarez San Gil, un isleño emigrante de la Villa de Maso, La Palma, Islas Canarias; se establece en Las Damas, empleando las cuevas de la sierra de esta localidad como refugio.

-Se gana la confianza y admiración de algunos campesinos, mientras que otros llegan a temerle y perseguirle constantemente. Su verdadera identidad no es conocida del todo por los moradores de la zona; por lo que solían llamarle por el seudónimo de El Hombre Rojo, confiriéndole este nombre como atributo a su forma de proceder algo misteriosa e inusual, lo que hace que se le considere como diablo o mago capaz de realizar las cosas más extrañas e inconcebibles.

-Los propios campesinos, dando riendas sueltas a su imaginación y sin poderse explicar todo cuanto rodeaba a este individuo, contribuyen con sus relatos y anécdotas cada vez más deformadas e irreales, a que se popularice el personaje. Esta situación confusa es aprovechada por Teodoro para sacar partido y ventaja; reafirmando aún más sus cualidades, por lo que aprovecha las horas de la noche para demostrar a los incautos y sorprendidos campesinos que él, el Hombre Rojo es un conocedor de la magia, puede pasar a través del río crecido, desaparecer de un lugar y aparecer en otro, originar fuegos, disparar y no herir a nadie, hablar y no ser visto y cuantas otras cosas.

-Los campesinos, por pertenecer a la clase social más atrazada e inculta de nuestro país eran suceptibles de sugestionarse con facilidad e ignorando una serie de trucos y habilidades, caían en las más disímiles concepciones idealistas y oscurantistas, sin buscar apenas una explicación a tal o más cual fenómeno.

-Teodoro, conocedor de múltiples trucos, ágil a pesar de su edad y aprovechando su baja estatura, logra en medio de la oscura noche crear el pánico y el terror de muchos de los habitantes del lugar donde se encontraba.

-Rehuyendo el trabajo, elije esta forma de vida poco común y corriente. Penetra de noche en las casas en busca de comida para amortiguar el hambre en muchas ocasiones y en otras para convencer a aquellos campesinos de que él lo podía todo.

-Cuidando en todo momento de no robar en su “zona de operaciones” para no encontrarse con la repulsa y persecución de todos, roba y asalta a vendedores ambulantes en otros lugares; donde no es conocido y de esta forma obtiene dinero suficiente para poder vivir.

-La situación, no obstante, se le torna cada vez más embarazosa en Las Damas y luego de hacer varios contactos con los bandidos Manuel Esquíjarosa y Polo Vélez, decide irse para Las Tunitas, en el actual municipio Taguasco; donde también hace de las suyas, creándose en los campesinos de dicha zona una imagen similar a la que tanta suerte le había dado en Las Damas, con la diferencia de que aquí fue conocido con el seudónimo de Cañambrú.

-Muere en la cueva de la loma Las Burras, finca Las Manaquitas, en el municipio de Taguasco, provincia de Sancti-Spíritus.

*Este trabajo partió de un objetivo o propósito fundamental: demostrar que el Hombre Rojo o Cañambrú realmente existió, sin mitos, sin leyenda y además; sin exageraciones

ANEXOS:
              Tabla.- Evidencias colectadas en gruta de la sierra Las Damas.
EVIDENCIAS COLECTADAS (CUEVA HOMBRE ROJO)



CANTIDAD
Cartuchos de revolver calibre 38 (vacíos)
4
Cartuchos de Winchester calibre 44 (vacíos)
2
Batería de linterna (fragmento)
1
Baqueta de limpiar revolver
1
Cartuchos de escopeta calibre 16 (vacíos)
62
Cartuchos de salva para revolver
3
Frasco de aceite para engrase de armas (fragmento)
1
Navaja de afeitar (deteriorada)
1
Tijeras (deteriorada)
1
Linterna eléctrica (fragmento)
1
Espejo (fragmento)
1
Piel de montura de cabalgar (fragmento)
1
Cartuchos de escopeta calibre 12 (vacíos)
4
Cartuchos calibre 28 (vacíos)
2
Botones de nácar de prenda de vestir
21
Pendientes de mujer (tipo argollas)
2
Pendientes de mujer (tipo lágrimas)
2
Cuentas de collar (color negro)
9
Broches metálicos
8
Zunchos metálicos de fajas de mujer
1
Puso o esclava (enchapado en oro) de niña
1
Sortija de piedra (enchapada en oro) de mujer
1
Placa de lengüetas aspiradas y sopladas de una armónica
1
Cerradura de cofre pequeño
1
Cejuela de guitarra
1
Cejilla de guitarra
1
Trastes de guitarra
3
Agarradera de cofre o baúl
1
Argolla para cinto de montura de cabalgar
1
Casquillo de lámpara de gasoil (de alumbrado)
1
Tapón de plomo
1
Cartonera o culata de escopeta
1
Llave para abrir lata de conserva
1
Tacones de botas (de goma)
4
Pasador de corbata (con adorno de piedra)
1

Plato de porcelana (fragmentos)
6
Botellas de cerveza color verde (fragmentos)
4
Garrafa grande de vino (fragmentos)
15
Gotero (de vidrio)
1
Goma de borrar (endurecida)
1
Perdigones de plomo para cartuchos de escopeta
3
Yugo de camisa
1
                                     Total de evidencias………………...…117 c/u 

 Publicación.- Artículo periódico Escambray [15-01-1985] 



Direcciones web donde se ha alojado la investigación:
1.-https://www.academia.edu/8258921/Titulo_El_Hombre_Rojo.-_Realidad_o_Leyenda2.-   2.-http://issuu.com/lobogris64/docs/el_hombre_rojo._realidad_o_leyenda
3.-http://es.scribd.com/doc/239450936/El-Hombre-Rojo-Realidad-o-leyenda-pdf
4.-http://www.slideshare.net/chago05/el-hhombre-rojo-realidad-o-leyenda
5.-https://twitter.com/SantiagoFSilva/status/509469849915908096

Eventos Culturales donde se ha presentado:
 -Simposio Provincial de la Cultura Espirituana 1985.
 *Obtuvo 2º Premio en este evento.


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Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org