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lunes, 3 de agosto de 2015

ENCUENTRO CON ATABEY.

RESUMEN EXPLORACIONES ANTERIORES.
Primera Expedición y Exploración en Yaguanabo Arriba, Macizo..." hicimos la descripción de todas las actividades desarrolladas por nuestro grupo durante nuestra estancia en Yaguanabo Arriba; donde entre otras tareas planificadas en el propio lugar, fue una visita con objetivos trazado de manera general, por ser esta zona desconocida completamente para el conjunto de miembros del Caonao e incluso sólo hubo una persona que se encontraba capacitada para facilitarnos información y fue precisamente quien se brindó voluntariamente para servirnos de guía: "Villa", un viejo haitiano septuagenario, muy conocedor de las montañas y el territorio, en general, de Yaguanabo Arriba. Durante los días que permanecimos allí no se "despegó" un instante de nosotros; presto a servir de guía para mostrarnos donde habían cuevas, las cuales conocía "como la palma" de sus manos, a excepción de la del resolladero del río Yaguanabo. A ésta nos condujo hasta su entrada, pero no se sentía en condiciones de entrar a ella y nunca nadie -que él supiera- había entrado a su interior. En relación a esta caverna. hicimos referencia y describimos algunas particularidades de la fauna cavernícola presente en la misma; así como del lago interior y la cascada que vierte sus aguas en la misma. Este fue el principal obstáculo, que nos impidió ascender hasta la galería superior; por donde discurrían las aguas de este río subterráneo que más tarde se convertiría en el ya conocido río Yaguanabo, al fluir al exterior desde una altura de casi 90 m., a manera de pequeñas cascadas, a todo lo alto de la ladera de la montaña hasta su cauce actual; por donde actualmente se desplazan sus aguas, hasta alcanzar su desembocadura en la costa sur cienfueguera.


Segunda Exploración a la Caverna del Resolladero Río Yaguanabo.

En aquella primera exploración de esta caverna fluvial resultó imposible salvar ese gran obstáculo, pues a pesar de llevar con nosotros los equipos y herrajes indispensables que siempre nos acompañan, no contábamos con herramientas necesarias para hacer frente en un ascenso a una galería superior donde para llegar a ella debíamos hacerlo escalando una pared de alrededor de 6 m. de altura, con la superficie, muy lisa por la erosión producida por el agua al fluir sobre ésta. Al abandonar el lugar establecimos entre todos un compromiso para realizar una nueva incursión a esta caverna en los años venideros, bien apertrechados con los equipos necesario para cumplir el objetivo de alcanzar la galería superior y continuar la exploración hasta donde podamos.
Dos años después llevamos a cabo la segunda incursión a esta caverna; logrando ascender 4 de nuestro miembros hasta la galería superior. Tuvimos que valernos de dos balsas inflables; sobre las cuales trasladamos a través del lago una larga escalera; que fue construida con madera de los árboles existentes, próximos al entorno de la entrada de la cavidad. Con mucho trabajo y empleando una cuerda, fue izada y atada con extrema seguridad a un saliente rocoso a manera de "codo", formado por disolución debido a la acción prolongada del agua. Subiendo por dicha escalera y soportando la presión del agua; que se deslizaba sobre sus espaldas, lograron arribar a duras penas a la galería superior; en la que para avanzar a través de ella debían hacerlo nadando, debido a la profundidad que presentaban las aguas en gran parte de la misma. Se logró recorrer unos 70 m u 80 m; pues la presencia de un nuevo obstáculo detuvo el avance: una nueva cascada de agua, de unos 4 o 5 m de altura cuya pared rocosa aparecía más inclinada, pero muy resbaladiza. Así fue que decidieron regresar, ya que se encontraban muy extenuados por el esfuerzo físico realizado; además debían regresar junto al resto de las compañeras; que había quedado al cuidado del director de nuestro grupo y dos miembros más, en la galería principal. 
Bueno, el objetivo en esta oportunidad si fue cumplido, pero quedaría ahora el trazarnos una nueva meta para un futuro próximo: salvar este nuevo obstáculo y alcanzar así la segunda galería superior.
Durante un encuentro informal con la Directiva y miembros del Grupo Candil (Villa Clara), socio colectivo también de la Sociedad Espeleológica de Cuba, durante el período de vacaciones en la playa Río Cañas (Trinidad) y estimulados éstos por explorar y conocer la caverna del resolladero del río Yaguanabo; acordamos realizar un viaje conjunto con este objetivo y el de alcanzar esta vez la segunda galería superior.

Tercera Exploración a la Caverna del Resolladero del Río Yaguanabo.


En esta nueva incursión a la referida caverna, ya enigmática para nosotros, 
aún desconocemos todo el desarrollo lineal de la misma por el interior 
del macizo montañoso, por donde discurre y por todo ello ha influido enormemente en las mentes de algunos de los miembros del grupo, hasta el punto de imaginar la presencia en la caverna de algo misterioso o de leyenda; como una deidad o diosa de las que formaron parte de la Mitología Antillana, que nuestros aborígenes relacionaban o vinculaban "...a los manantiales, la que rige las aguas dulces y limpias, que surgen de las montañas..."(1). 
Así fue que decidí nombrar ahora a esta entrada del blog con el título que aparece editado en la imagen que se muestra a la izquierda.
Emprendimos el viaje los miembros del Grupo Caonao seleccionados para esta expedición conjunta con el Grupo Candil. Llegamos al punto desde donde partiríamos (playa de Yaguanabo) y lugar donde acordamos con el referido grupo encontrarnos, para de ahí subir hasta el campamento en Yaguanabo Arriba. En el Círculo Social de dicho poblado, su administrador, Castillo, nos estaría esperando para apoyarnos; como otras veces para que nuestras actividades se desarrollasen de manera correcta. Por otra parte, Villa, estaría listo para servirnos como otras veces de guía. 
F-1. Miembros de ambos grupos al arribar a la caverna.
Arribamos al poblado cerca de las 14 y 30 horas, por lo que luego de los saludos, presentaciones y muestras de cariño y familiaridad; nos dedicamos a preparar y acondicionar el área que nos fuera asignada para acampar. Castillo, mientras, se puso en función de preparar un almuerzo a partir de los alimentos en conservas y otros que traíamos ambos grupos en nuestras mochilas. El resto de la tarde lo empleamos en la elaboración de un plan en conjunto para llevarlo a cabo al día siguiente (domingo); en que partiríamos temprano en la mañana con Villa al frente. Dos integrantes del Grupo Candil venían preparados con clavijas y tornillos de los empleados en montañismo para llevar a cabo anclajes, que empotrados en la pared rocosa de la cueva, permitiera ascender con seguridad; ello fue pensado para probarlos por primera vez en este tipo de espelunca y así poder vencer acceso al primero y segundo nivel, donde se encontraban ambas galerías superiores.
F-2. Dos miembros del Grupo Candil avanzan a través del lago.
Fueron infladas dos balsas de goma para poder desplazarnos a través del lago y alcanzar de esta manera el saliente de roca a modo de escalón; donde se apoyó la escalera durante la segunda exploración a la caverna para acceder a través de la cascada hasta la primera galería superior.  
Todo indicaba que el nivel de las aguas en el interior de la caverna era algo mayor que cuando fue visitada durante la segunda exploración años atrás.
F-3. Avanzando por la galería principal.
 Independientemente de que no nos encontrábamos en el período de primavera; esto estaba justificado por la variabilidad del comportamiento de este verano en nuestro país; donde se habían pronosticado lluvias en diversos territorios de las provincias centrales; información que quedaría apoyada, posiblemente, por la turbidez y nivel de las aguas en el interior de la caverna. 


Por su parte el tipo de fauna que habitaba la espelunca -al parecer- se mantenía estable, o sea, sin cambios aparentes: una comunidad de quirópteros (murciélagos) de hábitos frugívoros: Artibeus jamaicensis y a otra; posiblemente insectívoros, además de crustáceos (jaiba de agua dulce) y ratas.






F-4. Momentos del regreso por el arribo infructuoso.
No fue posible determinar la presencia o existencia en el medio acuático de algas u otro tipo de microfauna o de hongos, en especial el Histoplasma capsulatum, pues nuestros objetivos estaban más bien centrados en el estudio morfológico y espeleométrico de la caverna, si el tiempo nos lo permitía.





F-5. Leonardo en la tarea fotográfica.

Las noticias que nos llegaron del sector más interno de la galería; donde 4 miembros de ambos grupos intentaban llevar a cabo el ascenso hasta la galería superior, no fueron muy halagüeños, pues éstos habían realizado múltiples intentos para empotrar o fijar las clavijas y así llevar a cabo el anclaje que posibilitaría el arribo, tan ansiado hasta la primera galería superior.

F-6. Santiago y miembros del Candil en la cena.
El motivo argumentado y que en ningún momento se pensó que fuera
posible que ocurriera fue: la dureza
del tipo de roca; de la cual estaba constituida a pared de la espelunca y la no existencia de intersticios. La solidez estructural tan homogénea y uniforme, no permitía clavar o empotrar los clavos o clavijas.






F-7. Leonardo y Eblys, durante la cena.
El desánimos o desconsuelo nos embargó a todos, pues el objetivo central que nos había motivado a proyectar esta tercera exploración a la caverna del resolladero del río Yaguanabo no produjo los frutos que pensábamos alcanzar. Era como si la hermosa leyenda de la diosa "Atabey"
fuese parte de la realidad y los secretos de esta impresionante caverna no llegasen a ser conocido.

F-8. Hugo y Maqueira durante la cena.

F-9. todos los participantes antes de la partida.
Ya algo recuperados, nos dimos a la tarea de recoger todos nuestros equipos y herrajes y ponernos en marcha de regreso al campamento, asearnos y cenar lo más temprano posible. Poco tiempo después de nuestra llegada, ya Castillo la tenía lista y todos coincidimos,casi al unísono. 




Llegó la hora de la partida y ahora los participantes en esta nueva aventura al resolladero del río Yaguanabo, quisimos dejar este grato recuerdo de una foto nuestra junto a la familia de Castillo; que con tanto amor nos atendió y acogió. Sólo faltaron Villa y Castillo que no pudieron estar en esos instantes.








Referencia:
(1) http://abulelita.blogspot.com.es/2015/05/mitologia-antillana-los-tainos-y-su.html

   Santiago F. Silva
   email: ssilva@cubaarqueologica.org




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