Un grupo de amigos en Facebook se habían interesado por conocer acerca de una leyenda muy difundida en algunas regiones o zonas de la provincia de Sancti-Spíritus (Cuba).
En pleno siglo XX y aún actualmente, hay personas que la recuerdan; pero el conocimiento de ésta se hace cada vez más difuso, pues las personas que vivieron en algunos de esos lugares, donde tuvo su origen esa leyenda ya han fallecido muchos de ellos y quienes guardan en su recuerdo lo que escucharon de nuestros mayores, quizás sea un recuerdo ya muy lejano.
Entre los que comentaban acerca de este personaje se encontraban tres colegas nuestros, que fueron fundadores del Grupo Caonao por la década de los años 80' y precisamente dos de ellos participaron directamente en la actividades de exploración cuando eran apenas jóvenes con 17 o 18 años de edad. Dichas actividades se llevaron a cabo por nuestro grupo en la sierra Las Damas, en el municipio Cabaiguán y su objetivo central era el de esclarecer si este personaje; al cual denominaban el "Hombre Rojo", era fruto de la imaginación de la mente de los campesinos de la zona o era un personaje de la vida real, o sea, de "carne y hueso".
Se requirieron cerca de 2 años para realizar una exploración a profundidad, bien minuciosa; donde se revizara palmo a palmo, de manera que no quedara ni una porción de la sierra y ni de cada cueva sin ser observada en todos sus detalles. Así, aplicando esta sistemática, fueron descubiertas nuevas grutas y cuevas que nos eran desconocidas hasta el momento.
A la par de las referidas actividades, llevamos a cabo además, entrevistas a los campesinos que vivían próximos a la sierra y en el batey de Las Damas. Se dividió al grupo en varios equipos de trabajo con un responsable; que a su vez respondería por la ejecución y cumplimiento de las tareas que se asignaran, entre ellas la de distribuir espacialmente al personal de manera que pudiéramos abarcar todos los sectores de la serranía.
Casi la totalidad de los miembros -a excepción de las hembras- participaron en muchas de estas exploraciones, pues sólo contábamos con los fines de semana para asistir a las mismas.
Finalmente, se logró esclarecer si el personaje de el Hombre Rojo era sólo una leyenda o fue un personaje real.
Bien, sin más preámbulos, ponemos a la consideración de nuestros lectores y amigos el texto íntegro de la investigación o trabajo que redactamos; donde podrán constatar los resultados y conclusiones a las que arribamos, partiendo del estudio de las evidencias colectadas por los miembros del Grupo Caonao y del análisis de las entrevistas practicadas a los campesinos de las zonas de Las Damas y de la loma Las Burras, ubicada esta última en el municipio Taguasco. El título del presente post: El Hombre Rojo. ¿Realidad o Leyenda? lo hemos asignado a propósito, pues es el mismo que le fue otorgado a nuestro trabajo aquel 15 de enero de 1984.
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En pleno siglo XX y aún actualmente, hay personas que la recuerdan; pero el conocimiento de ésta se hace cada vez más difuso, pues las personas que vivieron en algunos de esos lugares, donde tuvo su origen esa leyenda ya han fallecido muchos de ellos y quienes guardan en su recuerdo lo que escucharon de nuestros mayores, quizás sea un recuerdo ya muy lejano.
Entre los que comentaban acerca de este personaje se encontraban tres colegas nuestros, que fueron fundadores del Grupo Caonao por la década de los años 80' y precisamente dos de ellos participaron directamente en la actividades de exploración cuando eran apenas jóvenes con 17 o 18 años de edad. Dichas actividades se llevaron a cabo por nuestro grupo en la sierra Las Damas, en el municipio Cabaiguán y su objetivo central era el de esclarecer si este personaje; al cual denominaban el "Hombre Rojo", era fruto de la imaginación de la mente de los campesinos de la zona o era un personaje de la vida real, o sea, de "carne y hueso".
Se requirieron cerca de 2 años para realizar una exploración a profundidad, bien minuciosa; donde se revizara palmo a palmo, de manera que no quedara ni una porción de la sierra y ni de cada cueva sin ser observada en todos sus detalles. Así, aplicando esta sistemática, fueron descubiertas nuevas grutas y cuevas que nos eran desconocidas hasta el momento.
A la par de las referidas actividades, llevamos a cabo además, entrevistas a los campesinos que vivían próximos a la sierra y en el batey de Las Damas. Se dividió al grupo en varios equipos de trabajo con un responsable; que a su vez respondería por la ejecución y cumplimiento de las tareas que se asignaran, entre ellas la de distribuir espacialmente al personal de manera que pudiéramos abarcar todos los sectores de la serranía.
Casi la totalidad de los miembros -a excepción de las hembras- participaron en muchas de estas exploraciones, pues sólo contábamos con los fines de semana para asistir a las mismas.
Finalmente, se logró esclarecer si el personaje de el Hombre Rojo era sólo una leyenda o fue un personaje real.
Bien, sin más preámbulos, ponemos a la consideración de nuestros lectores y amigos el texto íntegro de la investigación o trabajo que redactamos; donde podrán constatar los resultados y conclusiones a las que arribamos, partiendo del estudio de las evidencias colectadas por los miembros del Grupo Caonao y del análisis de las entrevistas practicadas a los campesinos de las zonas de Las Damas y de la loma Las Burras, ubicada esta última en el municipio Taguasco. El título del presente post: El Hombre Rojo. ¿Realidad o Leyenda? lo hemos asignado a propósito, pues es el mismo que le fue otorgado a nuestro trabajo aquel 15 de enero de 1984.
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Título:
El Hombre Rojo.- ¿Realidad o Leyenda?
Autor:
Santiago F. Silva García
Institución:
Grupo Caonao
Sociedad
Espeleológica de Cuba
AGRADECIMIENTO:
A
los miembros del Grupo CAONAO, que participaron en las exploraciones
e investigaciones en la sierra Las Damas y loma Las Burras, de los
municipio Cabaiguán y Taguasco, respectivamente; gracias a los
cuales ha sido posible la culminación exitosa de este trabajo.
INTRODUCCIÓN
No
pretendemos con este trabajo propiciar la aparición de un cuento
folklórico o su continuidad, ni resulta una tentativa por nuestra
parte de incursionar en su tema, al cual algunos sólo se han
referido.
Cuatro
años a penas han sido suficientes para conocer todos los aspectos
relacionados con su extraño modo de vida, máxime cuando la mayoría
de los testimonios proceden de personas fácilmente sugestionables.
Sólo el resultado de las investigaciones afectadas y constatadas con
dichos testimonios; han proporcionado la explicación correcta,
disipando las tinieblas engendradas por el oscurantismo y la
superstición.
La
existencia del Hombre Rojo, en el transcurso del tiempo, se ha
transmitido de abuelos a padres y de padres a hijos, enraizándose y
esparciéndose cada vez más; pero sin que se aclaren las causas de
los hechos, que en aquella época no tenían fácil explicación
racional.
El
Hombre Rojo o Cañambrú no fue un personaje místico, una leyenda u
obra de la fantasía de nuestros campesinos; fue sólo un producto de
la propia ignorancia e incultura en que estaban sumidos como clase
social.
El
presente trabajo, para más fácil comprensión se ha dividido en
tres partes fundamentales. La primera hace una descripción de los
aspectos geográficos e históricos del área de estudio. La segunda
parte establece la presentación de los testimonios de aquellos
campesinos, que le conocieron personalmente o podían aportar alguna
información de interés sobre su persona. Por último se ofrece
además, una lista de los objetos descubiertos en una de las cuevas
que le sirvieron de escondrijo y que por la naturaleza de éstos y
sus usos específicos; contribuyeron en gran medida como apoyo en las
conclusiones de este trabajo.
Las
Damas. Ámbito geográfico e histórico
La
sierra Las Damas se encuentra ubicada en la llanura aluvial del río
Zaza, a 9 kms. y al N. del poblado de Guayos. Su altitud fluctúa
entre los 50 y 161 metros sobre el nivel del mar. Está situada en la
Región Central de Cuba, en el extremo oriental de la Sub-región
Llanura de Santa Clara y dentro de ella en la parte superior de la
cuenca del río Zaza. Sus coordenadas son: X-537545, Y-646663.
La
sierra es cortada en dos mitades aproximadamente iguales por el río
Zaza; el segundo en longitud del país, con unos 150 kms. En la misma
proliferan las cuevas y grutas, cuyo desarrollo longitudinal no
rebasa algunas decenas de metros.
Próximo
a la serranía se detecta el histórico Paso de Las Damas, lugar
donde se desató uno de los más cruentos combates por nuestra
independencia nacional y donde cayera mortalmente herido el Mayor
General Serafín Sánchez Valdivia, en combate desigual.Lo
que en un tiempo fue un fascinante bosque semicaducifolio, con una
vasta fauna y hermosa historia, es tan sólo hoy una zona poblada de
manigua, donde la tala indiscriminada hacen posible la aparición de
un paisaje sombrío, merodeado por las escasas aves que logran
escapar del embate de los excursionistas que visitan el área en
busca de distracción y aventuras.
Las
Damas estaba dividido en cuatro partes, sirviendo de límites la
sierra y sus demarcaciones. Sus propietarios: Francisco Galí, Rafael
Colunga, Antonio Herrera y la familia Rionda; hacendados acaudalados,
que luego del triunfo de la Revolución en Cuba, decidieron marcharse
hacia el extranjero. Los campesinos que habían arrendado algunas
parcelas de tierra se convirtieron en propietarios de las mismas. El
resto de las tierras, dedicadas al cultivo de la caña de azúcar,
pasan a manos del Estado.
Muchas
familias, que antes de 1959 se encontraban dispersas, comienzan a
concentrarse en las proximidades de la vieja grúa empleada para el
traslado de la caña de azúcar por ferrocarril hasta el central “La
Vega”, hoy CAI “Remberto Abad Alemán”.
La
leyenda narrada por los propios campesinos
-“El
Hombre Rojo vino de Islas Canarias con una hermana. Tendría unos
cuarenta y pico de años cuando estuvo por los alrededores de Las
Damas; esto fue por los años 30, más o menos. Salía por las noches
y gustaba de hacer maldades. Yo recuerdo que decían que tan pronto
estaba al lado acá del río, como que aparecía del otro lado. Una
vez le robó un baúl a un isleño y se lo dejó poco después cerca
de la casa, sin faltarle nada. Se llevaba un caballo sin herrar y a
los dos o tres días lo devolvía completamente herrado. Te llevaba
veinte pesos de debajo de la almohada y te los traía de nuevo. Había
un hacendado llamado Malgaro, que siempre estaba detrás de él con
los guardias. En una ocasión la guardia le tendió una emboscada por
donde pasaba para la sierra. Él estaba escondido al otro lado y le
gritó que los estaba viendo, que se fueran, que no los quería
matar. Los guardias no le veían; sólo le oían. El Rojo era
tremendo poeta. Luis Machín y su hermano Domingo fueron con él a
una fiesta a La Larga. El Hombre Rojo tenía buenas monturas y era
buen jinete. Cerca de Taguasco, en una cueva, fue que lo mataron. Lo
mataron porque se le acabó el agua y sin agua no podía trabajar la
magia. Al que buscaban no era a él; sino a Polo Vélez y a
Esquijarosa”.
.José
Rita Blanco, 92 años. Vivió en Las Damas durante 40 años
-“Una
noche fuimos a casa de José Rita y tenía tremenda canturría con
una guitarra. El Hombre Rojo la tenía cogida con Malgaro, porque
éste era tremendo hablantín y lo perseguía constantemente con la
guardia rural. Yo diría que El Rojo no ofendía a nadie. Un día
quería ir a Placetas y le cogió el caballo al hijo de Pepe
Corrales. Cuando se lo trajo, lo había herrado, bañado, en fin…;
una vez el mayoral García se escondió detrás de un seboruco para
ver al Hombre Rojo y éste que lo estaba viendo
le gritó: -¡Comemierda, te
estoy mirando!
Entraba
en las casas sin abrir las puertas. Comía y le dejaba el dinero que
importaba lo que había comido“.
.Florentino
Blanco, 82 años. Vivió en Las Damas durante mucho tiempo.
-“Yo
fui mandadero de El Rojo. Era un hombre inteligente, poeta y muy
ágil. Tocaba la guitarra muy bien. A veces usaba polainas. Cuando él
quería enviarme a algún mandado lo componía con chiflidos: uno
largo y dos cortos. En una ocasión me llamó y cuando llegué me
preguntó si en Las Damas había algo que sirviera. Yo no estaba
seguro y entonces me mandó a Neiva por pan, mortadela, bebida y
tabacos buenos. Le gustaba mucho una cerveza que venía en botellas
verdes. No le gustaba mucho la bebida dulce. El difunto Malgaro fue
quien le puso el nombre de el Hombre Rojo. En realidad él no era
rojo; era normal, igual que nosotros. Su estatura era baja, trabado,
de piel trigueña y los huesos de la cara un poco botados. El Rojo
tendría, cuando aquello, unos cuarenta y pico de años, más o
menos. Malgaro era el sitiero más rico que había en aquella zona,
éste tenía treinta y pico jornaleros que trabajaban para él y
éstos le temían al Hombre Rojo, por lo que la mayoría no querían
trabajar en sus tierras y se iban. Por esos motivos, Malgaro le
perseguía con la guardia, pero él se escapaba con facilidad
utilizando la magia. Una vez lo cogieron preso, pues le dieron un
tiro en el muslo y no pudo huir, pero más tarde escapó de la
cárcel. Recuerdo que mamita hizo café un día y en lo que ella fue
a la sala se lo tomó. Más tarde, desde la loma le cantó una poesía
. Que yo sepa, el Hombre Rojo, iba de Las Damas a Taguasco, la loma
de Zaza del Medio y otros lugares como Camajuaní. En Las Damas se
estuvo viendo por espacio de 5 o 6 años. El Hombre Rojo hacía cosas
para alarmar, como : dar candela en un lugar que se viera, entrar en
las casas de noche y comer sin despertar a nadie y marcharse; dejando
todo como mismito estaba . Cuando cogía huevos de una cesta o caja,
dejaba el dinero que importaba. Después que murió Malgaro, él se
fue para Las Tunitas; donde se metió con dos bandidos llamados
Esquíjarosa y Polo Vélez en una cueva. Allí lo mataron, diciéndole
que no le iban a hacer nada, que saliera. Así fue que lo mataron, a
traición. Eso fue porque ya no tenía agua y sin agua la magia no
trabaja”.
.Domingo
Álvarez Machín, 70 años. Vivió en Las Damas próximo a la sierra.
-“Lo
conocí cuando yo tenía 11 años, más o menos. Le hice muchos
mandados. Era un hombre de una magia tremenda, que entraba en las
casas cerradas. Su estatura era más bien baja, pero fuerte como un
toro. Usaba unos bigotes de puntas largas y echadas para arriba. Los
pómulos de la cara eran un poco botados. Casi siempre andaba con
sombrero y polainas. Muchas veces lo ví venir con una pañoleta roja
en el pescuezo. Usaba dos revólveres grandes. En cuanto al dinero,
no se de donde lo sacaba, pero lo que cogía lo pagaba. El Hombre
Rojo iba mucho por La Larga, donde sacaba procesiones. El suegro de
Juanito Pino lo vio muchas veces por allá. Una tarde que Martha, mi
madre, bajaba leña de la sierra, él quería darle dinero. Se lo
colocó envuelto en un pañuelo amarrado a uno de los palos de leña,
pero al ver mamita aquel pañuelo amarrado; salió corriendo para la
casa y lo dejó a pesar de que El Rojo le gritaba que lo cogiera, que
era para ella. Gustaba de hacer maldades. En una oportunidad en que
el río estaba crecido y él se encontraba al otro lado, me gritó
que pasara yo el río en el caballo para poder brincar él para acá.
Yo no me atreví a pasar y le dije que si estaba loco. Cuando miré
de nuevo para allá ya no estaba y de pronto me salió por la parte
delantera del caballo. Di un brinco, que me quedé mudo y el caballo
se espantó. El Hombre Rojo vivía en una cueva, que está al otro
lado del río; más arriba del arenero. Es una cueva chica y además,
no es fácil de encontrar. Se conocía las cuevas como la palma de
las manos y tenía una linterna, que la luz llegaba como a un
kilómetro … ¡cómo alumbraba!. Al principio, la gente en Las
Damas, creía -cuando veía la luz- que eran rateros de prendas que
venían a robar. Después supieron que
era él. A veces se oía su risa y su canto, pero no se veía. Polo
Vélez y Esquijarosa, que estaban metidos dentro de una cueva por
allá por Taguasco; lo mandaron a buscar para que los sacara con su
magia. Al sacarlos de allí se le acabó el agua y por eso lo
cogieron. Cuando se entregó, al salir de la cueva, lo mataron a tiro
limpio“.
.Luis
Machín, 73 años. Vive junto a la sierra Las Damas desde pequeño.
-“El
Hombre Rojo era natural de un pueblo canario llamado Mazo,
perteneciente a La Palma. Estuvo en el colegio, en el mismo pupitre
con Máximo Bonilla; un isleño que vivió en La Larga. Éste era
quien más lo conocía, pero ya murió. El Rojo, en Canaria, era
también bandolero y su madre fue brujera. El verdadero nombre de el
Hombre Rojo era Teodoro Álvarez San Gil y vino -según me contaba
Bonilla- a los 18 años con una hermana a la que mandó nuevamente
para allá. Vivió en Cabaiguán; donde nadie lo conocía y luego
vivió en las cuevas de la sierra Las Damas. Su estatura era más
bien mediana o quizás baja, pero era fuerte y tendría unos 48 o 50
años, más o menos, cuando yo lo vi allá por los años 30. El
nombre de El Rojo se lo puso él mismo. Se conocía todas las cuevas
de la sierra y cerca del arenal tenía la cueva donde moraba. Esta
cueva está bastante oculta. Yo tuve la oportunidad de verlos tres
veces y hablé con él en una ocasión cuando fuimos Herminio Castro
y yo a buscar varas a la sierra Las Damas, muy cerca del arenal.
Fuimos en un sólo caballo y cuando virábamos con las cargas de
varas, le habían entiesado las patas al caballo; envolviéndoselas a
un algarrobo pequeño. Apareció El Rojo, a cada lado colgaba un
revolver calibre 38 y en sus manos traía un Winchester,. Se
encontraba como a diez pasos de nosotros. Nos dijo que había sido él
quien le había hecho eso al caballo. Se acercó y me preguntó si
nos hacía falta dinero. Le respondí que no y él dijo entonces que
él tenía dinero y no lo podía disfrutar porque lo perseguían. Me
encargó una botella de vino y se la traje. Recuerdo que me enseñó
uno de los revólveres y dijo que ese era el asesino de Pedro Bravo,
padre de una novia que tuvo. Pedro Bravo se le emboscó al Rojo y lo
abracó, pero El Rojo se le deslizó entre los brazos; dándole un
tiro en el pie. En otra oportunidad lo vi cuando yo iba para Los
Tramojos, al pasar por la tienda de La Horca. La última vez lo vi en
la taberna de Abreu. El Hombre Rojo podía moverse con facilidad
porque poca gente lo conocía. Venía a las fiestas de La larga y
junto a Pepe El Rubio, hacían trastadas por Tres Guanos,
Carrabayaná, San Estevan y Pozo Azul. A Antonio Martín, partidario
de Juan Pino le azoró los bueyes. Éste le gritó mil barbaridades y
El Rojo le puso el cañón del fusil en el pecho. Antonio le cogió
un miedo del carajo. Cuando le dieron un tiro en el muslo, le
llevaron entonces preso desde Las Damas para Zaza del Medio y de aquí
entran hasta Sancti-Spíritus para la cárcel; de donde se fugó
desde que pudo caminar. Los paisanos de Las Damas se atemorizaban y
hasta lo veían
volar, pasar el río crecido sin tocar el agua, montarse a las ancas
del caballo y desaparecer, …¡ah! Y hasta dicen que entraba en las
casas de noche para comer, estando las puertas cerradas. Todos
sabemos como se cerraban las puertas en el campo: con taburete detrás
o con una tranca y dos herraduras. Alguien un poco habilidoso las
abre con cierta facilidad. Cuando él tiraba voladores o fuegos
artificiales, los campesinos decían: ¡ya está trabajando El
Rojo!…y digo esto porque era un inventador de trucos. Un día se
marchó de Las Damas, esto se lo había dicho El Rubio a Juan Pino;
prometiéndole además, que el Hombre Rojo se había ido para Las
Tunitas y que no vendría más por esa zona. Cuando lo mataron, la
guardia estaba en persecución de Polo Vélez y Manuel Esquijarosa,
dos bandoleros muy conocidos en aquella época. La guardia recibió
la información de que en la cueva de la loma Las Burras, en Las
Tunitas, cerca del pueblo de Taguasco, estaban estos dos bandoleros;
pero allí se encontraba además El Rojo. Los guardias tiraron un
cerco a la cueva. El Rojo mató al primer al primer hombre que trató
de entrar en la cueva. Más tarde fue cogido por sorpresa. Además de
la falta de agua y alimentos, el mal olor que despedía aquel guardia
muerto hizo que éste saliera de la cueva y entonces fue acribillado
a balazos. En la cueva no encontraron a nadie más. Al parecer hubo
dinero por el medio y dejaron escapar a Polo Vélez y a Esquijarosa.
Creo que al Hombre Rojo lo enterraron en el cementerio viejo de
Taguasco, según tengo entendido“.
.Honorio
Castillo Martín, 76 años. Vive desde hace muchos
años en La Larga.
-“Aquí
era conocido por Cañambrú. Era capaz de meter una empanada entera
por el pico de un garrafón de vino. Un día entró en una casa donde
le esperaba una pareja de la guardia. Apareció por la madrugada y
haciéndose pasar por el dueño de la casa, les dio café . Cuando el
verdadero dueño se levantó, les saludó y fue a hacerles café .
Ellos dijeron: ¡pero…¿ud. ya no nos había hecho café?. Cañambrú
usaba un revólver. Entraba a comer a todas las casas, pero no hacía
daño a nadie. Daba unos berridos horrorosos. En su captura participó
el Tercio Táctico de Santa Clara y la guardia de Taguasco. Le
sacaron vivo de la cueva, engañándole con que iban a darle agua y
comida; además le perdonarían la vida. Pero cuando salió lo
mataron. Él entró a la cueva a ayudar a unos bandidos. El hombre
que sirvió de práctico al ejército fue un tal Luis, el cual murió
a los pocos días“.
.Germán
Morera, 60 años. Vive en La Yamagua, Taguasco.
-“Cañambrú
no era alto, era bajito y tal vez tendría unos 50 años. Se dedicaba
a asustar a la gente, hacer maldades. Berreaba como un chivo y la
gente le caía detrás, pero nunca podían cogerlo. Entraba a las
casas sin despertar a nadie y sin que lo vieran . En realidad
Cañambrú estuvo aquí por los años 33 y 34. Había un hombre que
le ayudaba, llamado José, pero se fue para Venezuela. Cañambrú
vino de las Islas Canarias. No robaba a nadie. Anduvo mucho por Pozo
Azul y Las Varas. Lo mataron allá por el año 35, en una cueva que
está en la loma Las Burras, finca Manaquitas. Su muerte fue por el
mes de abril, cerca de la Semana Santa”.
.Librada
Bazo, 70 años, Taguasco.
MATERIALES
Y MÉTODOS
De
los testimonios, tanto de los campesinos de Las Damas como los de
Taguasco, pudimos extraer algunos datos, suficientes para trabajar en
la búsqueda de indicios o evidencias que demostraran que el Hombre
Rojo era un personaje no sólo de leyenda; sino también real.
Pero, ¿dónde podríamos
encontrar
alguna evidencia que probase esto? La pregunta tenía una respuesta
lógica: en las cuevas. Sabíamos que cualquier objeto abandonado en
estas cavidades tendían a conservarse mucho mejor por no estar
expuesto a la acción de ciertos factores climáticos, que propician
el deterioro de los mismos.
En
las cuevas y grutas exploradas o estudiadas hasta entonces no se
había reportado nada importante, que guardara relación con el
Hombre Rojo; por lo que nos dimos a la tarea de dedicar mayor tiempo,
dentro de nuestras actividades, a la exploración de la sierra Las
Damas, con el objetivo de ubicar nuevas cuevas. Estas exploraciones
se convirtieron más bien en operaciones de “rastrillo”, donde no
dejamos casi un centímetro de tierra o de vegetación sin observar
minuciosamente.
Como
la sierra estaba dividida en dos partes, producto del cause del río
Zaza, debíamos escoger para comenzar una de estas partes. Decidimos
explorar primeramente la mitad donde más a menudo solía vérsele u
oir su voz, precisamente donde se encontraba el arenero; es decir la
mitad oriental de la sierra. Por ahí cerca debía estar la cueva, si
en realidad ésta existía, como afirmaban algunos de los
entrevistados.
Dividimos
al Grupo Caonao en tres subgrupos; que tendrían la responsabilidad
de abrirse paso entre la enmarañada maleza, con el objetivo de
hallar la cueva.
A
fines de enero de 1982 dimos comienzo a las exploraciones, ejecutando
dos salidas al mes. Utilizábamos sólo los fines de semanas para no
afectar la actividad laboral o de estudio de nuestros miembros.
Cada
incursión resultaba un rotundo fracaso. Estábamos a punto de
renunciar a nuestra empresa, cuando en el mes de mayo de 1983 se hace
un hallazgo por parte de unos de los subgrupos: se detecta una
pequeña gruta cuya entrada se encontraba frente a una de las salidas
de la cueva La Subida y en la margen opuesta a ésta, no muy lejos
del arenero. Le habíamos pasado en varias ocasiones por encima y muy
próximo a la única claraboya que posee. La entrada, de forma
tabular o cilíndrica, está situada hacia el oeste. La longitud de
la gruta es de 12,42 m y el ancho promedio de 2 m. Su altura no
rebasa los 0,75 m. La roca que conforma el techo posee un espesor de
3 m, aproximadamente y a través de ésta se abre la claraboya, que
permite el acceso a la parte superior de la sierra; desde donde se
domina gran parte de la otra porción de la serranía y de la llanura
próxima a ésta. De esta manera puede observarse -sin ser visto- un
sector considerable de las tierras aledañas.
Lo
que más nos llamó la atención durante nuestra permanencia en el
interior de la gruta fue las condiciones del suelo, pues al movernos
de un lugar a otro debíamos hacerlo de rodillas o muy encorvados;
por lo que a través de nuestras fosas nasales penetraba un fuerte
olor a ceniza húmeda. Pudimos comprobar la existencia de esta en la
composición del suelo.
Decidimos
iniciar una exploración superficial, la cual posibilitó recolectar
algunos fragmentos de botellas de cerveza de color verde, fragmentos
de un garrafón de los utilizados para envasar o transportar vino;
así como la parte trasera de un gran número de cartuchos de caza.
Seleccionamos
el lugar más idóneo para practicar una excavación de cateo o
prueba. Escasamente pudo profundizarse o,20 m, pues a partir de esta
profundidad aparecía la capa estéril. Comprendimos con dicha
excavación que, casi superficialmente, se encontraba toda una serie
de elementos o evidencias; por lo que era innecesaria una excavación
de envergadura.
Entre
la mezcla de tierra y cenizas se colectaron también una cantidad
considerable de evidencias u objetos, los cuales se relacionan en los
anexos del presente trabajo o investigación (ver: Tabla # 1).
Luego
de limpiar cuidadosamente el material colectado en la gruta, éste
fue separado de acuerdo al uso o empleo para el cual estaban
destinados los mismos.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
La
mencionada selección o distinción de las evidencias procedentes de
la gruta por grupos de acuerdo a su utilidad o empleo. De esta
manera, se pudo comprobar la presencia de objetos determinantes en
los resultados de la presente investigación; como son aquellos que
facilitan una larga estancia en condiciones de vida adversas.
Los
cartuchos de revólver calibre 38 y los de Winchester pertenecían
indudablemente a Teodoro Álvarez San Gil; cuyas armas aparecen
cuestionadas en algunos testimonios de los campesinos entrevistados.
Por
otro lado, los cartuchos de salva tienen un solo uso: intimidar a las
personas con las cuales tuvo algún tipo de querella.
Faltaba
“algo”, que en todo momento nos ilusionaba encontrar y que
considerábamos poco probable tener en nuestras manos algún día: el
Winchester.
En
el mes de abril de 1984, al pasar por la casa del haitiano Luis
Machín -campesino que vive próximo a la sierra- éste nos llama y
nos informa que dos muchachos encontraron una “escopeta larga”,
algo parecída a esas que le llaman Winchester. Le pedimos todos los
datos posibles para ponernos en contacto con éstos. No resultó
fácil, pero al fin lo logramos. Nos dijeron el lugar donde lo habían
encontrado, oculto debajo de una manta podrida; en un ranchito
abandonado, muy cerca de la sierra. El propietario se había mudado
del lugar hacía cerca de 12 años.
”El
Winchester, cuando lo hallamos -explicaba uno de los muchachos, que
donaron dicha arma a nuestro grupo- aún funcionaba normalmente,
pero lo empleamos para jugar“. Esto le ocasionó la rotura del
cerrojo y el gatillo; además le faltaba la varilla donde se
depositan los cartuchos. El modelo es del 1892 y se destacan biseles
exteriores a lo largo del cañón; los cuales -en su conjunto-
conforman una sección tranversal de forma octogonal.
Dentro
del material rescatado se destacan además, objetos pertenecientes a
prendas de vestir de hombre y mujer, lo cual hace pensar en la
posibilidad de que constituían parte de un botín, siendo estas las
de poco valor, sustraído a algún vendedor ambulante de los que
proliferaban en aquella época y que fueron quemadas por Teodoro
antes de marcharse o por algún individuo que haya penetrado en la
gruta y escogiendo las de mayor valor o importancia; prendiera fuego
a las baratijas que determinó dejar abandonadas. Comprobar una de
estas dos posibilidades resultaba un tanto difícil. No existen dudas
en cuanto a la estrecha relación que existe entre los objetos
hallados en la gruta o cueva y el Hombre Rojo.
Aunque,
indudablemente, las condiciones de la cueva no son las mínimas para
una permanencia prolongada, pero sí un refugio envidiable para
ocultarse ante cualquier eventualidad o emergencia u ocultar
cualquier pertenencia personal.
Es
nuestro criterio y el de uno de los entrevistados que nos lo
corroboró, que la cueva o gruta descubierta es la misma que fuera
utilizada por Teodoro Álvarez San Gil, alias el Hombre Rojo o
Cañambrú, durante su estancia en la sierra Las Damas, como refugio
más seguro; por las condiciones que presenta la misma.
CONCLUSIONES
CONCLUSIONES
A
través de un análisis comparativo de los diferentes testimonios
obtenidos de los campesinos entrevistados de Las Damas y Taguasco;
así como de los objetos descubiertos en la cueva, hemos podido
arribar a las siguientes conclusiones:
-A
finales de los años 20’ y comienzos de la década del 30, Teodoro
Álvarez San Gil, un isleño emigrante de la Villa de Maso, La Palma,
Islas Canarias; se establece en Las Damas, empleando las cuevas de la
sierra de esta localidad como refugio.
-Se
gana la confianza y admiración de algunos campesinos, mientras que
otros llegan a temerle y perseguirle constantemente. Su verdadera
identidad no es conocida del todo por los moradores de la zona; por
lo que solían llamarle por el seudónimo de El Hombre Rojo,
confiriéndole este nombre como atributo a su forma de proceder algo
misteriosa e inusual, lo que hace que se le considere como diablo o
mago capaz de realizar las cosas más extrañas e inconcebibles.
-Los
propios campesinos, dando riendas sueltas a su imaginación y sin
poderse explicar todo cuanto rodeaba a este individuo, contribuyen
con sus relatos y anécdotas cada vez más deformadas e irreales, a
que se popularice el personaje. Esta situación confusa es
aprovechada por Teodoro para sacar partido y ventaja; reafirmando aún
más sus cualidades, por lo que aprovecha las horas de la noche para
demostrar a los incautos y sorprendidos campesinos que él, el Hombre
Rojo es un conocedor de la magia, puede pasar a través del río
crecido, desaparecer de un lugar y aparecer en otro, originar fuegos,
disparar y no herir a nadie, hablar y no ser visto y cuantas otras
cosas.
-Los
campesinos, por pertenecer a la clase social más atrazada e inculta
de nuestro país eran suceptibles de sugestionarse con facilidad e
ignorando una serie de trucos y habilidades, caían en las más
disímiles concepciones idealistas y oscurantistas, sin buscar apenas
una explicación a tal o más cual fenómeno.
-Teodoro,
conocedor de múltiples trucos, ágil a pesar de su edad y
aprovechando su baja estatura, logra en medio de la oscura noche
crear el pánico y el terror de muchos de los habitantes del lugar
donde se encontraba.
-Rehuyendo
el trabajo, elije esta forma de vida poco común y corriente. Penetra
de noche en las casas en busca de comida para amortiguar el hambre en
muchas ocasiones y en otras para convencer a aquellos campesinos de
que él lo podía todo.
-Cuidando
en todo momento de no robar en su “zona de operaciones” para no
encontrarse con la repulsa y persecución de todos, roba y asalta a
vendedores ambulantes en otros lugares; donde no es conocido y de
esta forma obtiene dinero suficiente para poder vivir.
-La
situación, no obstante, se le torna cada vez más embarazosa en Las
Damas y luego de hacer varios contactos con los bandidos Manuel
Esquíjarosa y Polo Vélez, decide irse para Las Tunitas, en el
actual municipio Taguasco; donde también hace de las suyas,
creándose en los campesinos de dicha zona una imagen similar a la
que tanta suerte le había dado en Las Damas, con la diferencia de
que aquí fue conocido con el seudónimo de Cañambrú.
-Muere
en la cueva de la loma Las Burras, finca Las Manaquitas, en el
municipio de Taguasco, provincia de Sancti-Spíritus.
*Este
trabajo partió de un objetivo o propósito fundamental: demostrar
que el Hombre Rojo o Cañambrú realmente existió, sin mitos, sin
leyenda y además; sin exageraciones.
ANEXOS:
Tabla.- Evidencias colectadas en gruta de la sierra Las Damas.
- EVIDENCIAS COLECTADAS (CUEVA HOMBRE ROJO)
CANTIDADCartuchos de revolver calibre 38 (vacíos)4Cartuchos de Winchester calibre 44 (vacíos)2Batería de linterna (fragmento)1Baqueta de limpiar revolver1Cartuchos de escopeta calibre 16 (vacíos)62Cartuchos de salva para revolver3Frasco de aceite para engrase de armas (fragmento)1Navaja de afeitar (deteriorada)1Tijeras (deteriorada)1Linterna eléctrica (fragmento)1Espejo (fragmento)1Piel de montura de cabalgar (fragmento)1Cartuchos de escopeta calibre 12 (vacíos)4Cartuchos calibre 28 (vacíos)2Botones de nácar de prenda de vestir21Pendientes de mujer (tipo argollas)2Pendientes de mujer (tipo lágrimas)2Cuentas de collar (color negro)9Broches metálicos8Zunchos metálicos de fajas de mujer1Puso o esclava (enchapado en oro) de niña1Sortija de piedra (enchapada en oro) de mujer1Placa de lengüetas aspiradas y sopladas de una armónica1Cerradura de cofre pequeño1Cejuela de guitarra1Cejilla de guitarra1Trastes de guitarra3Agarradera de cofre o baúl1Argolla para cinto de montura de cabalgar1Casquillo de lámpara de gasoil (de alumbrado)1Tapón de plomo1Cartonera o culata de escopeta1Llave para abrir lata de conserva1Tacones de botas (de goma)4Pasador de corbata (con adorno de piedra)1Plato de porcelana (fragmentos)6Botellas de cerveza color verde (fragmentos)4Garrafa grande de vino (fragmentos)15Gotero (de vidrio)1Goma de borrar (endurecida)1Perdigones de plomo para cartuchos de escopeta3Yugo de camisa1
Total
de evidencias………………...…117
c/u
Publicación.- Artículo periódico Escambray [15-01-1985]
Direcciones web donde se ha alojado la investigación:
1.-https://www.academia.edu/8258921/Titulo_El_Hombre_Rojo.-_Realidad_o_Leyenda2.- 2.-http://issuu.com/lobogris64/docs/el_hombre_rojo._realidad_o_leyenda
3.-http://es.scribd.com/doc/239450936/El-Hombre-Rojo-Realidad-o-leyenda-pdf
4.-http://www.slideshare.net/chago05/el-hhombre-rojo-realidad-o-leyenda
5.-https://twitter.com/SantiagoFSilva/status/509469849915908096
Eventos Culturales donde se ha presentado:
-Simposio Provincial de la Cultura Espirituana 1985.
*Obtuvo 2º Premio en este evento.
<---------------------------------------------------------------------------->
Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org
3.-http://es.scribd.com/doc/239450936/El-Hombre-Rojo-Realidad-o-leyenda-pdf
4.-http://www.slideshare.net/chago05/el-hhombre-rojo-realidad-o-leyenda
5.-https://twitter.com/SantiagoFSilva/status/509469849915908096
Eventos Culturales donde se ha presentado:
-Simposio Provincial de la Cultura Espirituana 1985.
*Obtuvo 2º Premio en este evento.
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Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org
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