Las cuevas de Boquerones o Caverna Boquerones, está localizada en la Sierra de Jatibonico y a su vez, es colindante entre los municipios de Yaguajay (Sancti-Spiritus), Florencia y Chambas (Ciego de Ávila). Como habíamos expresado en la primera entrada de nuestro blog, fue uno de los lugares donde llevamos a cabo las primeras incursiones del Grupo Caonao. De este sistema cavernario las cueva que visitabamos con más regularidad eran: Cueva Bonita, Cueva del Indio y Cueva Martí.
Por falta de algunos recursos y poca experiencia aún, estas primeras incursiones se llevaron a cabo con los medios más indispensables para "hacer vida de espeleólogos". Decimos ésto porque para llevar a cabo una expedición con el interés de visitar y explorar cuevas es necesario ir bien equipados con cascos, linternas o lámparas de gas (carburo); entre otros medios personales; tales como: botas o zapatos altos, cantimploras para transportar agua, alimentos, etc. No obstante, aquellos
viajes iniciales nos fueron forjando en todos los sentidos y
contribuyeron a su vez a la consolidación del grupo como colectivo
humano.
Para el arribo hasta el lugar donde estableceríamos nuestro improvisado campamento era necesario superar varios obstáculos entre ellos el paso a través de las aguas del río Jatibonico del Norte, hasta alcanzar la orilla opuesta; evitando a toda costa que nuestros equipos y pertenencias hicieran contacto con el agua, para que no se humedecieran. Hubo una ocasión en que el río se encontraba crecido, debido a las fuertes lluvias que habían caído la noche anterior a nuestra llegada a la zona de Boquerones. En esta oportunidad nos vimos precisados a enviar a uno de los más diestros miembros nadando hasta la otra orilla, para que atara una cuerda alrededor del tronco de una palma real para que pudieramos atravesar el río sujetos de la cuerda y así evitar que la corriente de las aguas nos arrastrase.
Un viejo platanal, ubicado en la finca de Silverio, un conocido campesino de la zona, era el lugar que escogímos para establecer nuestro campamento durante la primera visita al lugar. Desde allí partiamos hacia las áreas que programábamos explorar, para así mejorar nuestro conocimiento de las cuevas y cavernas existentes y del entorno de las mismas. Allí dormíamos sobre un colchón rústico improvisado de hojas secas de las plataneras; abrigados por las frazadas o mantas personales, que cada cual llevaba junto a su equipo personal en la mochila. En las próximas incursiones ya habíamos determinado ubicar nuestro campamento en el interior de la Cueva del Indio, muy próximo a la entrada de ésta, al menos ahí estaríamos protegidos del frío, la lluvia o de la visita no deseada de algún animal durante la noche.
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| Foto 1- Durante la preparación de la comida. |
El àrea destinada a la cocina se localizaba un poco alejada del área escogida como dormitorio.
El agua potable para beber y preparar los alimentos, debíamos buscarla en un sector del río Jatibonico del Norte, próximo al sumidero o lugar por donde éste tiene su cause subterráneo. Para llegar hasta aquí es necesario descender desde lo alto del cañón por sonde fluye el río; cuya altura es de alrededor de 8 metros de altura y de regreso nuevamente subir con dos latas de 5 galones cada una, llenas de agua. La búsqueda de agua siempre se asignaba a tres miembros del grupo y de esta manera se evitaba cualquier accidente personal y además, se garantizaba el éxito de la tarea , pues algunas veces se necesitaba el suministro de agua en horas de la noche, por no haber tenido la previsión ésta para su empleo en la cocción de los alimentos; por encontrarnos fuera del área de campamento.
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| Foto 2- Instantes del aseo personal. |
Para el aseo personal (baño) era necesario descender y ascender el referido cañón pues, indudablemente era el lugar más próximo a nuestro campamento y al área o zona de nuestras actividades y exploraciones.
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| Foto 3- Grupo Caonao en Cueva Bonita. |
Durante las crecidas del río jatibonico del Norte se producen, en algunas ocasiones, inundaciones en algunas galerías situadas en niveles más bajos y que se comunican con el paso subterráneo de este. Precisamente, a partir de la Cueva del Indio podíamos bajar la Furnia de Los Villalobos y al llegar al fondo de ésta, desde allí accedíamos -a través de una larga y zigzagueante galería, de poca altura- hasta hacer contacto con el curso subterráneo del río. El descenso de la Furnia de Los Villalobos se realizaba adoptando todas las medidas de seguridad requeridas, máxime cuando nuestro grupo no tenía una larga experiencia en este tipo de descenso, vertical en algunos
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| Foto 4- Lucía descendiendo la furnia. |
El regreso desde Boquerones estaba garantizado por parte de la Dirección del Centro; ya que ésta ponía a nuestra disposión para el traslado hasta el lugar y posterior recogida, una guagua escolar; así como garantizaba el suministro de los alimentos que necesitábamos consumir durante esos dos días que duraba nuestra permanencia en la zona a la que habíamos planificado visitar o explorar; al menos en los primeros años de actividad del grupo Caonao. Posteriormente, cuando ya no los garantizaba el centro, entonces cada miembro hacía un aporte de alimentos que luego se acopiaban todos para consumo de todo el colectivos de miembros.
Los objetivos con los que se había creado el Grupo Caonao se lograban eficientemente, pues entre otros factores: los estudiantes empleaban o aprovechaban su tiempo libre en actividades recreativas y de formación, mediante el contacto con la Naturaleza; además de establecer relaciones de amistad, respeto y compañerismo entre todos los miembros.
Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org




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