Inicialmente, los primeros miembros del grupo se incorporan de manera no selectiva, aceptándose jóvenes de ambos sexos hasta completar la cifra máxima de 12 miembros. Estos debían cumplir como requisito el que se encontraran cursando el último año en la Enseñanza Media General, en aquel entonces Grado 13. Se tuvo en cuenta esto último por motivos de que los alumnos de este último grado eran los que menos problemas docentes tenían al ser éste el grado terminal, independientemente de que eran jóvenes con mayor madurez y responsabilidad. Por otra parte, no se había concebido proyecto alguno donde se recogiese: nombre del grupo, número de integrantes, reglamento, objetivos a cumplir o actividades a desarrollar, entre otros aspectos que debían tenerse en cuenta a la hora de crear un grupo, sin embargo, si había algo bien claro: su funcionamiento sólo era posible dentro de los períodos de fines de semana, pues de esta manera no se afectarían las actividades docentes normales a cumplimentar por parte de los alumnos, tales como: la asistencia a clases, evaluaciones y controles, etc. Ello significaba además, que sólo podrían admitirse como miembros aquellos que tenían un buen aprovechamiento académico.
Las primeras salidas al campo se centraron en viajes o expediciones a la Sierra de Jatibonico del Norte, no muy lejos del poblado de Florencia, en el municipio de Yaguajay, donde se visitaban y se hacían algunas exploraciones a la Cueva Bonita, Cueva del Indio; así como el sumidero del río Jatibonico del Sur. Al regreso se visitaba el centro turístico Lagos de Mayajigua. Otras excursiones que se llevaron a cabo fueron a las cuevas de la Sierra Las Damas, en el propio municipio de Cabaiguán. Las referidas incursiones a estos y otros lugares de interés tenían un marcado propósito más bien de recreación y esparcimiento dentro de estas actividades destinadas al aprovechamiento del tiempo libre de los estudiantes.
A mediados de 1980 se reestructura el grupo organizativamente, pues la mayoría de sus integrantes se incorporan a los estudios universitarios en centros ubicados en diferentes regiones de nuestro país y ésto motiva la inestabilidad en la participación de los estudiantes y por tanto también repercute en el funcionamiento del grupo como colectivo. En el primer trimestre del año se llevan a cabo varias expediciones o viajes a diferentes zonas montañosas, pero con participantes elegidos por invitación. Estas circunstancias dan lugar a cambios sustanciales y profundos muy positivo a patir de entonces; pues se realiza una reunión con un número seleccionado de estos estudiantes, incorporándose nuevos miembros, con la variante ahora de que provienen de diferentes grados. Ya se define el nombre del grupo, un reglamento de funcionamiento, quien se encargaría de la Dirección del mismo, sus objetivos, las actividades a desarrollar, el número de integrantes que lo conformarían y a partir de ahora se elaboraría un plan de actividades de los lugares a visitar durante el año en curso. Por parte de la Dirección del centro de estudio (IPUEC: Elcires Pérez González) se compromete a garantizar el transporte para el traslado del grupo desde dicho centro hasta el lugar programado y luego, el posterior regreso de éste nuevamente hasta el punto de partida u origen. Fue así como se aprueba además, que el profesor de Física, Santiago Silva, se responsabilice con la Dirección del grupo. Se propone y aprueba, designar o identificar a esta agrupación con el nombre de: Grupo CAONAO a partir de entonces y se acuerda, por último, la creación de un monograma identificativo conformado por la figura de un murciélago (de color negro) encerrado dentro de un círculo de igual color, con la palabra caonao *
* La elección de este nombre proviene de un valle, que se localiza en el municipio de Yaguajay (provincia Sancti-Spíritus); el cual fue visitado por el grupo por aquellos tiempos.
Santiago F. Silva
email: ssilva@cubaarqueologica.org
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